Mi amiga Miriam tuvo la culpa, hace un par de semanas tuvo a bien compartirnos en su canal de YouTube Disfruto Cocinar Contigo, la receta de las Tustacas, galletas hondureñas de maíz coronadas con piloncillo. Se me antojaron tanto. Confieso que aún no las hago, pero pronto lo haré.

Entonces recordé que desde siempre en casa había galletas tostadas que llevaban piloncillo, las chancacudas. Para unir la masa en lugar de leche se utiliza café negro. Quedan crujientes, deliciosas. Cuando le pedí a mi mamá la receta, me recomendó tuviera cuidado de no dejar trocitos de piloncillo sin rallarlos bien, porque se forman cráteres en las galletas y se pegan a la lata…cráteres…que yo amo.

Son cráteres de piloncillo crujiente.

El secreto es despegarlas de la charola tan pronto salen del horno, porque de lo contrario las romperás.
A continuación, les comparto la receta

Chancacudas:

Ingredientes:

1 kilogramo de harina
350 gramos de manteca vegetal
200 gramos de azúcar
2 huevos
1 cono de piloncillo (230 gramos)
Una pizca de bicarbonato
1 taza de café negro

Procedimiento:

Primeramente, debes de preparar el piloncillo, rallarlo con rallador de verduras o con el cuchillo. Con este último se te irán pedacitos de los que provocan cráteres en las galletas.

Con un tenedor mezcla la manteca vegetal con la harina. Ya que esté bien integradas, procede a formar un volcán. Al centro pones el azúcar, los huevos, el piloncillo. Revuelve con los dedos y comienza a integrar, añade el bicarbonato y de poco en poco el café.

Generalmente con una taza de café es suficiente, pero si requieres un poco más, agrégalo. Debe de quedar una masa tersa.

Dado que estas galletas se elaboran con tortillera, te sugiero formar primero las bolitas, todas del mismo tamaño. A mí me salieron setenta bolitas de treinta gramos cada una. No necesitas llegar al extremo de pesarlas, pero si procura que sean uniformes para que se cuezan parejo.

Con una servilleta de papel engrasa las latas de galleta. Yo ocupé aceite vegetal, pero igual puedes hacerlo con mantequilla o con manteca. Es una capa ligera, porque las galletas de por sí, sueltan un poco de su grasa.

Las Chancacudas no suelen crecer, por lo que es posible ponerlas con poca distancia separadas en la lata.

Hornéalas por veinte minutos a 180 grados, y luego dales la vuelta a las latas en el horno: las que están arriba se van abajo y viceversa. Déjalas por quince minutos más, o hasta que estén doraditas.

Como ya te comenté, en cuanto estén listas, debes de separarlas de la charola y acomodarlas en una rejilla para que se enfríen. ¡Cuidado con el piloncillo caliente! No te confíes, te puedes quemar.

En una lata de cerrado hermético, estas galletas te pueden durar en buen estado un par de semanas o hasta tres.

Nota: estas galletas también se pueden hacer en comal, pero sería leeeento, muy leeeeento poner a cocer 70 galletas, porque tiene que ser a fuego lento. Yo solo tengo 4 latas para hornear galletas, y capacidad para hornear de dos en dos latas (mi horno es chico 🙁 snif). Entonces mientras se iban cociendo las del horno, puse un comal con cinco galletas cada vez. Así le adelanté un poco.