Candelilla 16 – Reseña
Cenas Clandestinas o Secretas o como les quieras llamar. Yo ya había oído hablar de éstas, en algún capítulo de Me Quiero Comer el Mundo apareció la protagonista participando en una cena, donde los invitados no se conocían, tampoco al anfitrión (si guisaban bien o mal), y lo más descabellado, no tenían la menor idea en qué consistía la cena. Parecido nos pasó con Candelilla 16.
Incluso mi amiga Vero comentó que pensaba que cada evento que ellos organizaban era en lugar diferente. Pues no, Candelilla 16 siempre se lleva a cabo en el mismo lugar, en la calle de Candelilla número 16, en Rinconada de las Hadas. En el corazón de Coapa, donde casi da vuelta el viento en Ciudad de México (lo mismo deben decir ellos de la colonia San Rafael)
Los vi anunciados en Facebook, algún participante platicaba de su muy agradable experiencia. Tomé nota y me puse en contacto con Héctor Gil para que me reservara tres lugares.
Las opciones son viernes (19:00 horas) y sábado (14:00 horas). Elegimos participar el sábado 21 de julio.
Nos encomendamos a Dios…y depositamos.
Desde que llegas al citado lugar te sientes en casa (más si te sucede como a nosotras, que como atravesamos prácticamente la ciudad de México, decidimos salir temprano para no errarle). Eduardo Chávez y Héctor Gil, dos de los socios de Candelilla 16, reciben afectuosamente a cada participante como si se tratara de viejos conocidos. Nos pasaron a la terraza, adornada conforme al evento que tocaba en esta ocasión: Galeón de Manila.
El único frijol en el arroz fue compartir espacio con personas impuntuales, ya que no puede iniciar el evento hasta que TODOS estén sentados…y esta vez, tres de las dieciocho personas llegaron 40 minutos tarde. Muy desconsiderados.
Una vez sentados, inicia la experiencia sensorial. Nos explican las reglas del juego, cada que toquen la campanita tendremos que cubrirnos los ojos. Con los ojos vendados escuchamos la narración, una historia en torno a la cual nos servirán los alimentos y bebidas. Por supuesto mientras estamos vendados, no solo escuchamos a nuestro alrededor, sino que también nos ponen efectos especiales (olores y texturas) que se dejan sentir.
En cada receso, al quitarte la venda, te toparas frente a ti con sugestivos y bien preparados platillos y refrescantes cocteles.
Los platillos si bien pueden tener influencia de otras culturas, estamos hablando de que la estrella será siempre la Cocina Mexicana.
Los cocteles (patrocinados por la Destilería Flor de Luna) son desarrollados especialmente para cada historia; y estas, por cierto, son escritas y narradas por estos jóvenes talentos.
La temática está en cartelera por un breve periodo, según comentaron nuestros anfitriones; cada vez eligen un estado de la república diferente, en base a los productos de temporada que se pueden encontrar en el mercado, los cuales ayudan a recrear sus historias.
¿Qué los hace diferentes con otros grupos que manejan cenas clandestinas?
Comentan que solo ellos arman todo un performance alrededor de la comida.
1) Un historiador que nos habla de los orígenes de los alimentos y de las costumbres de la época,
2) platillos muy bien preparados por su staff,
3) bebidas desarrolladas por su patrocinador Destilería Flor de Luna, para cada historia,
4) un cuento o historia escrita en base a documentos históricos, y narrada durante la comida,
5) una experiencia sensorial y gastronómica,
5) una mesa suficientemente grande para sentar a 18 personas que no se conocen, y que acaban degustando, platicando y bebiendo muy a gusto.
6) Un equipo conformado por chavos millennials. A ojo de buen cubero calculo que ninguno de ellos rebasa los 40 años de edad.
Todo esto es Candelilla 16
Los platillos de esa tarde
A continuación, les presento los platillos que degustamos el sábado pasado.
En la terraza nos dieron la bienvenida con una bebida helada a base de agua de coco y maíz.
Montaron la presentación del evento, con el Color de Manila, sirviendo Salteado en Wok
En el Capítulo I, la Aventura de las Américas, nos sirvieron Extraviado asado a la talla, jengibre, morita, frutas tropicales y sabores de Guam. Me encantooooó el camote asado.
En el Capítulo II, Este viaje está maldito, de lo mejor el Pan antiguo de marino (un poco viejo), Agua Turbia e insectos (se trataba de una sopa: puré de espinacas, gusanos de maguey, chapulines, caldillo de hongos acompañado con un esponjoso pan untado con espinacas que simulaba hongo verde)
Capítulo III, la Dulce Tentación. Para mi gusto, la estrella de la noche: Encacahuatado virreinal, ayocotes, verduras e iguana o guajolote, según se consiga (se consiguió guajolote ggg).
Capítulo IV. La propuesta. Chichilo de Jamaica y mulato, tamalito de pixtle y tomatitos. Sin lugar a dudas, el más fotogénico de los platillos servidos. Muy sabroso el Chichilo.
Capítulo V. El tesoro de Rakesh (Rakesh es el protagonista de la historia). La canela: arroz de coco, bienmesabe, dominico y helado mantecado. Lo que está colocado sobre el arroz de coco es un crujiente de canela.
Los cocteles que se sirvieron fueron
Gin de tamarindo y especias
Vodka de maíz azul y carbón
Vermouth Diablo (mi preferido) no fotografiado.
Cabe señalar que las bebidas preparadas conforme a la propuesta de la Destilería Luna, todas de un delicado sabor, sin exceder en la cantidad de alcohol. Salimos del lugar temprano, contentas y ecuánimes.
No pudimos quedarnos a la sobremesa, porque había que atravesar la ciudad para llegar a nuestros respectivos hogares.
Muy grata experiencia y para mi gusto, vale la pena la travesía y el dinero invertido en este Anti-restaurante
¿Como puedes registrarte?
Te interesa participar en sus comidas? va la página
Yo me comuniqué a través de su página de Facebook