La Voz de los Árboles

Día 72 – La Voz de los Árboles

La Voz de los Árboles

Título original: At The Edge of the Orchard
Autora: Tracy Chevalier
Editorial: Duomo Nefelibata
Páginas: 342
ISBN: 978-84-16634-39-2
Precio: Amazon  y Gandhi    $345

Sinopsis:

La familia Goodenough ha dejado atrás la Nueva Inglaterra del siglo XIX para instalarse en los pantanos de Ohio y lleva consigo algunas ramas de su manzano favorito. Pero en el huerto que plantan se hunden también las semillas de la discordia entre James y Sadie Goodenough. Mientras James adora las manzanas dulces, Sadie prefi ere refugiarse en la sidra. Esas diferencias irreconciliables afectan a sus hijos y obligan al menor de ellos, Robert, a abandonar Ohio y buscar fortuna. El amor hacia los árboles, heredado de su padre, le acompaña en su viaje hacia el Oeste. Allí descubre el amor de la mano de una vivaz cocinera y, gracias a un comerciante de semillas, los secretos de las poderosas secuoyas. Entre estos árboles centenarios de California, encuentra consuelo y, con el tiempo, algunas respuestas.

 

¿Por qué en El lugar de Beatriz?

La escritora TRACY CHEVALIER es maravillosa narradora. Leí La joven de la Perla y me encantó. La voz de los árboles, árboles de manzana, la huerta…me pareció apropiado para este blog.

 

Mi opinión (Excelente, Muy bueno, Me gustó-pudo ser mejor, No vale la pena, Muy malo)

Me gustó – pudo ser mejor

La historia de la familia Goodenough que se establece en el siglo XIX en los Pantanos de Ohio, un lugar inhóspito para vivir, donde el gobierno les cede un terreno. Para que éste sea oficialmente de ellos, la condición es sembrar al menos 50 árboles frutales.

El matrimonio formado por James y Sadie dejan Nueva Inglaterra y se establecen en su nuevo hogar, cargando bajo el brazo ramas de manzanos que la familia trajo de Inglaterra, y que servirán para injertar los manzanos locales.

Durante buena parte del libro James y Sadie se la pasan peleando, mientras que sus diez hijos quedan atrapados en esta guerra. Como si no fuera suficiente la lucha contra el lugar (mosquitos, pantano, humedad, falta de comida) De los hijos, solo 5 sobreviven (la fiebre del pantano mata a los más débiles) y el hijo menor llamado Robert, es orillado a dejar atrás a la familia para iniciar su propia historia.

El modo como Chevelier nos narra la historia es en la boca de los diferentes protagonistas, a veces el padre, a veces la madre o los hijos toman la palabra. El padre ama los árboles de manzana, la madre ama la sidra de manzana, y el hijo menor que deja la familia, finalmente acabará viviendo de los árboles de otro tipo, los enormes y centenarios secuoyas.

Es una historia cargada de tenacidad, de envidias, resentimientos y a veces un poco de amor.

Me parece el principio fue lento y repetitivo, demasiados detalles sobre los árboles de manzana.

Y a pesar de que, a la mitad del libro, cuando Robert se va de la casa, se vuelve más interesante, no lo suficiente para que yo le de una mejor calificación. La historia es buena, la descripción de los personajes también, porque acabas odiando a Sadie (o sea, te causa alguna emoción) sin embargo, yo creo que le falló el ritmo.

Algo para recordar

James dio gracias de que los contoneos de Sadie hubieran terminado y de que estuviera durmiendo cuando Hattie Day vino a ayudar a los chicos a preparar las verduras. Lo primero que hizo su vecina cuando llegó fue tender una cuerda de una punta a otra de la habitación y colgar en ella las colchas que Sadie había echado al suelo, para que Sadie y él quedaran separados de la cocina.
─ A callar ─dijo cuando James protestó débilmente─. No hace falta que nos veáis, y nosotros no tenemos por qué veros mientras trabajamos.
Lo dijo con tal convicción que él no intentó discutírselo. Sabía que Sadie si lo habría hecho de estar despierta, y estuvo tentado de darle un codazo. Pero no lo hizo, y se quedó ahí tumbado, concentrado en la eficacia de la señora Day, al otro lado de la colcha.
Se pusieron a freír tomates y a encurtir huevos. Por lo general a los Goodenough no les hacía falta encurtir los huevos, porque comían los que producían a diario sus gallinas. Pero ahora que todos los miembros de la familia menos dos llevaban más de una semana enfermos y no bebían más que agua, los huevos empezaban a pudrirse. Hattie Day declaró que no podían desperdiciarse, que los encurtirían antes que los pepinillos. Los puso a hervir juntos, al lado de una cazuela con agua salada y vinagre, y la casa no tardó en impregnarse de un olor penetrante. Después puso a los chicos a pelar los huevos mientras ella cortaba los tomates en trozos y los cocía, al tiempo que hervía y secaba los tarros.
Robert y Martha casi no decían nada, y si se sabía que estaban allí era por el chasquido de las cáscaras de huevo al romperse, que se alternaban con el entrechocar de los tarros y el golpeteo de la cuchara de madera en el canto del cazo. James sintió un deseo repentino de ver a sus hijos trabajando, inclinados sobre la mesa, pero no se atrevía a retirar la colcha porque temía la mirada que le dedicaría Hattie Day. Así que lo que hizo fue pasar un dedo por los cuadros de la colcha, azules, amarillos, marrones. El que le quedaba más cerca de la cabeza era uno de seda verde, aprovechado de un vestido viejo de su madre, que llamaba la atención más que todos los demás retales.
─ La salmuera está lista ─oyó que decía Hattie Day─. ¿Habéis terminado de pelar los huevos?
─ Sí, señora ─respondió Robert.
─ ¿Los habéis metido en agua como os he enseñado para quitarles todos los restos de cáscara antes de meterlos en los tarros?
─ Si, señora.
─ Está bien. ¿Qué sabores os gusta añadir? Al señor Day y a mí nos gustan solo con sal y pimienta, pero tal vez vuestra familia prefiere otros.
─ Sal y pimienta está bien.
─ Tráeme los granos de pimienta, Martha. Echa un puñadito en cada tarro. Así. Yo, a veces, echo una remolacha pequeña para teñir el agua de rosa y que queden más vistosos. No cambia el sabor de los huevos. ¿Queréis que lo haga con estos?
─ ¡No, no!
James se sobresaltó. Pensó que Sadie estaba dormida. Hablaba con voz ronca, por lo que no le salía con tanta fuerza como habría querido. Hattie Day no debió de oírla, pero sí oyó las palabras de Martha, que pronunció en voz baja.
─ Normalmente dejamos el agua así, tal como está.
─ La muy puta se está adueñando de mi cocina ─murmuró Sadie.
─ Déjala en paz…Solo intenta ayudar. Y sabes muy bien que nos hace mucha falta.
Pero en realidad James compartía el sentimiento de Sadie. Había algo demasiado hogareño en el hecho de que Hattie Day estuviera en su casa, diciendo a sus hijos lo que tenían que hacer. Lo peor de todo fue que dijo algo que él no oyó bien. Algo seguido de un sonido que llevaba mucho tiempo sin oír: las risas de Robert y Martha. “Nunca se ríen cuando están conmigo”, pensó.

 

De la Autora – Tracy Chevalier

Tracy Chevalier (Washington, DC, 19 de octubre de 1962) es una escritora de éxito de novelas históricas. Chevalier nació el 19 de octubre de 1962 en Washington, D.C. Es hija de Douglas y Helen (de soltera Werner) Chevalier. Su padre fue fotógrafo para el The Washington Post durante más de 30 años. Su madre falleció en 1970, cuando Chevalier contaba con ocho años. Desde 2013 Chevalier vive en Londres con su marido, Jonathan Drori y su hijo, Jacob.

En su niñez comenzó a sentirse atraída por el mundo de los libros, escribiendo sus primeros relatos cortos en el instituto.

Cuando terminó sus estudios secundarios, estudió Lengua y Literatura Inglesa en el Oberlin College de Ohio.

Su primera novela, El azul de la Virgen, fue publicada en el Reino Unido en el año 1997 y fue elegida por W H Smith para su escaparate de nuevos autores. Su segunda novela, titulada La joven de la perla, fue publicada en 1999. La novela, que está basada en el famoso cuadro de Johannes Vermeer, ha sido traducida a 38 idiomas.

Ganó el Barnes and Noble Discover Award en 2000. En 2003, su novela La joven de la perla fue llevada al cine, recibiendo tres nominaciones a los Premios Oscars en 2004, junto con diez BAFTA y dos Globos de Oro.

 

Libros de Tracy Chevalier

El azul de la Virgen (1997)
La joven de la perla (1999)
Ángeles fugaces (2001)
La dama y el unicornio (2003)
El maestro de la inocencia (2007)
Las huellas de la vida (2009)
El último refugio (2013)
La voz de los árboles (2016)
El chico nuevo (2017)

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *