Como ya habrán notado, estoy con el plan de salir a caminar todos los días. Amo la cocina, amo el pan y los postres. Y si deseo seguir disfrutando de los placeres del buen comer…y no ponerme como tonina, es necesario hacer ejercicio todos los días.
Ayer recorrí Paseo de la Reforma, de la bolsa de valores hasta el Hotel Four Season. Despacio, sin prisa y sin escalas (11 kilómetros). Hoy, Día de las Madres, nos tocó atravesar la colonia San Rafael, Paseo de la Reforma y caminar por la colonia Roma. (12 kilómetros).
Tanta caminata nos hizo recordar el viaje de hace seis meses a España. En particular se nos vino a la cabeza cuando recorrimos la ciudad Córdoba: por la Mezquita-catedral, por el Alcázar de los Reyes Cristianos, por la Torre de la Calahorra, y por el Barrio de la Judería.
Una de las mejores comidas del viaje la dimos en esta ciudad, y tenía pendiente subir la reseña, no se lo pueden perder. Y si tienen oportunidad, visiten el lugar.
Restaurante El Choto
Calle de Almanzor, 10
14003 Córdoba
Teléfono: 957 760 115
Caminando por el Barrio de La Judería, casi al empezar nuestro recorrido de ese día nos topamos con este Restaurante. En la puerta nos invitaban a entrar, carta en mano. Tuvimos a bien decidir regresar ya de salida, fue buena elección.
El lugar es bello, una típica casa andaluz, de techos altos y piso de madera, rodeado de vegetación. La atención es esmerada (y más si te identifican la tonada). Cansados de tanto caminar, pedimos una copa de vino tinto y nos dispusimos a ordenar.
¿Qué Pedir?
La carta es basta, tanto que te cuesta trabajo decidir entre tanta delicia.
Carlos pidió Salmorejo Cordobés con Jamón y Huevo, se trata de una Crema elaborada con tomate, pan y aceite de oliva. Se sirve fría, como el gazpacho, y ésta en particular, mi amigo la describe como riquísima.
Las Habitas con Huevo y Jamón que ordenó Verito se veían muy bien.
La especialidad del lugar, por supuesto es el Choto (chivo o cabrito). Lo puedes pedir asado al horno de leña, al ajillo, en salsa de almendras o a la parrilla. Verito se decidió por el Choto al Ajillo.
Carlos pidió Salmon relleno en salsa de gambas:
y a mí en cambio se me antojó El Rabo de Toro:
Mi platillo estaba soberbio. Cocido a fuego lento, la salsa era ligera y a la vez intensa. La carne se desbarataba en boca. Las papas, el acompañante ideal.
Los tres quedamos fascinados con nuestros platillos. Amén de que las raciones que nos sirvieron eran sustanciosas, igual llegamos al postre.
Para Cerrar con broche de oro:
La crema catalana, con su cubierta crujiente, ligera. No podía faltar un café expreso, por supuesto.
El Restaurante El Choto es muy recomendable, el lugar bello y cómodo, los platillos elaborados artísticamente y el servicio de los meseros fue atento.
Valió la pena.