El Festín de Babette
El Festín de Babette
Autor: Isak Dinesen
Ilustraciones: Noemí Villamuza
Editorial: Nórdica Libros
Impreso en España
Páginas: 114
Precio: $330 Gandhi, $ 286 Amazon y $ 286 El Sótano
ISBN: 978-84-935578-9-8
Sinopsis:
En un aislado pueblo de pescadores en la costa danesa (la sinopsis original dice que es Dinamarca. La autora es danesa, pero la historia se desarrolla en la costa noruega), la comunidad practica, en el sentido más estricto, los principios religiosos que el pastor ha predicado durante años. Cuando éste muere, sus dos hijas continúan adelante con su obra y su palabra. En 1871, durante la guerra franco-prusiana, una joven francesa encuentra refugio en el austero hogar de las dos hermanas. Su llegada al pueblo representa la aparición del extraño en el paraíso. A pesar de que la joven convive durante catorce años con ellos, los fieles adeptos a la palabra de Dios la consideran un ente ajeno a la gracia divina. Un día, Babette desea agradecer su hospitalidad ofreciéndoles un banquete en honor del difunto padre… El libro está ilustrado por Noemí Villamuza. «Al hacer de la literatura un viaje hacia lo imaginario, la frágil baronesa de Rungstedlund no rehuía responsabilidad moral alguna. Por el contrario, contribuía -distrayendo, hechizando, divirtiendo- a que los seres humanos aplacaran una necesidad tan antigua como la de comer y adornarse: el hambre de irrealidad.» Mario Vargas Llosa
¿Por qué en El lugar de Beatriz?
Hace algún tiempo vengo pensando abrir la sección de “Gastro – películas y series” para el blog de El Lugar de Beatriz.
La película “El Festín de Babette” es con la que quería inaugurar la sesión. Es la primera película de este tipo (con la comida con papel protagónico), o por lo menos la primera que yo vi (Como agua para Chocolate se estrenaría cuatro años más tarde). Me trae muy buenos recuerdos porque asistí al estreno cuando vivía en Cumaná, Venezuela. 1988.
Ya llovió.
La película es hermosa, y no faltó quien me hiciera el comentario que el libro era aún mejor.
No me gusta el orden como me tocó (primero la película y luego leí el libro), suelo hacerlo al revés. Pero, así las cosas.
No es un libro comercial, yo lo pedí por correo. Jamás lo he visto en una estantería.
Mi opinión (Excelente, Muy bueno, Me gustó-pudo ser mejor, No vale la pena, Muy malo):
Excelente: Empecé a leer El Festín de Babette a las once de la noche y lo acabé a la una de la madrugada. Poco más de cien hojas. Es chiquito.
Muy bonito libro.
La edición de Nórdica Libros viene ilustrada, te ayuda a situarte en la época y el lugar (Noruega, mil ochocientos setenta y tantos).
El Festín de Babette es una alabanza a Dios, a los seres humanos, al agradecimiento, ala vida sencilla y por supuesto al arte culinario.
Babette perdió todo en la guerra, solo le queda su amor por la cocina (se reconoce como una artista) y su agradecimiento a la vida y a las hermanas Martine y Philippa, por haberle dado amparo cuando más lo necesitó.
Algo para recordar:
Por supuesto les comparto el inicio del capítulo X. La Cena de Babette.
Cuando el pariente pelirrojo de Babette abrió la puerta del comedor y los invitados cruzaron el umbral, se soltaron las manos y enmudecieron. Pero fue un silencio dulce; porque, en espíritu, aún cantaban con las manos cogidas. Babette había puesto una fila de velas en el centro de la mesa; la pequeñas llamas brillaban sobre las chaquetas, los vestidos negros y el uniforme escarlata y se reflejaron en los ojos claros y húmedos.
El general Loewenhielm vio el rostro de Martine a la luz de las velas tal como lo había visto al despedirse, hacía treinta años. ¿Qué huellas habían dejado en él treinta años de vida en Berlevaag? El cabello rubio estaba ahora veteado de hebras plateadas; el rostro sonrosado se había vuelto de alabastro.
Pero ¡Qué serena era la frente, qué pacíficos y confiados sus ojos; la boca, como si jamás hubiese pasado por sus labios una palabra precipitada, qué pura y dulce!
Cuando todos estuvieron sentados, el miembro más anciano de la congregación dio gracias con palabras del deán:
Que este alimento mantenga mi cuerpo,
Que mi cuerpo sostenga mi alma,
Y mi alma, con palabra y obra,
Dé gracias por todo al Señor.
A la palabra “Alimento”, los invitados, con sus viejas cabezas inclinadas sobre sus manos juntas, recordaron que habrían prometido no decir nada sobre el particular, y en sus corazones se reafirmaron en esta promesa: ¡no dedicarían siquiera un pensamiento a tal cosa!
Estaban sentados a comer, eso sí, tal como se sentaron las gentes en las bodas de Caná. Y la gracia decidió manifestarse allí, en el mismo vino, tan espléndidamente como en cualquier otro lugar.
El joven ayudante de Babette llenó un vasito a cada uno de los comensales, y estos se lo llevaron a los labios gravemente, confirmando de este modo su resolución.
El general Loewenhielm, algo receloso del vino, bebió un pequeño sorbo; se sobresaltó, se lo llevó a la nariz, luego a los ojos y se quedó perplejo. “¡Esto es muy extraño!”, pensó. “¡Amontillado! ¡El mejor amontillado que he probado jamás!” Un momento después, y para someter a prueba sus sentidos, tomó una cucharada de su sopa, tomó una segunda y dejó la cuchara. “¡Esto es extraño por demás!” Se sintió dominado por una especie de pánico y vació el vaso.
Normalmente, en Berlevaag, la gente no habla mucho durante las comidas. Pero, de alguna forma, esta noche se soltaron las lenguas. Un Hermano viejo contó la historia de su primer encuentro con el deán. Otro analizó aquel sermón que sesenta años atrás había propiciado su conversación. Una anciana, la misma a la que Martine había contado sus inquietudes en primer lugar, recordó a sus amigos cómo, en toda aflicción, cualquier Hermano o Hermana estaba dispuesto a compartir la carga de los demás.
El general Loewenhielm, que debía dominar la conversación de la mesa, contó que la colección de sermones del deán era uno de los libros favoritos de la reina. Pero al servirse un nuevo plato guardó silencio. “¡Increíble!”, se dijo. “¡Es un Blinis Demidoff!” Miró en torno suyo a los comensales. Todos ellos comían en silencio su Blinis Demidoff sin el menor signo de sorpresa o aprobación, como si lo hubiesen estado comiendo todos los días durante treinta años.
De la Autora, Karen Christence Blixen-Finecke (pseudónimo literario Isak Dinesen)
Escritora danesa (Rungsted, 17 de abril de 1885 – ibídem, 7 de septiembre de 1962)
Su padre, Wilhelm Dinesen, militar, parlamentario, se suicidó cuando ella tenía diez años, atormentado por no resistir la presión de padecer sífilis, enfermedad que en aquella época estaba estigmatizada. Su madre, Ingeborg Westenholz, quedó sola con cinco hijos a su cargo, a los que pudo mantener gracias a la ayuda familiar. Karen, como sus hermanas, se educó en prestigiosas escuelas suizas y se la educó para las clases altas.
Desde niña, Karen sintió inclinaciones artísticas, por la escritura y por la pintura. En 1907 escribió con el seudónimo de Osceola su primer cuento, titulado “Los Ermitaños”, que fue publicado en una revista danesa. Redactó otros relatos, pero al no conseguir publicarlos abandonó durante años la literatura.
Blixen se enamoró desde muy pequeña de Hans, su primo segundo; pero la obligaron a casarse con el hermano de éste el barón Bror Blixen-Finecke, con quien inició en Kenia una plantación de café llamada The Karen Coffee Company. El matrimonio fue difícil. En el primer año de vida en común su marido le contagió la temida sífilis. Este estuvo en África antes que ella y tuvo relaciones con mujeres masáis, libres, nómadas y enfermas. Él era un portador sano. Sin embargo la enfermedad nunca se manifestó en Karen de manera grave. Cansada de las infidelidades de su marido, se separaron tras seis años de matrimonio, quedándose ella con la plantación.
Aprendió las lenguas aborígenes, como el suajili, y se empapó de las costumbres locales. Los nativos la apodaban «la hermana leona» y se ganó el afecto de ellos por su coraje, su buena puntería y su habilidad como cazadora. Desde que llegó a África, Karen se sintió africana. Su integración en el continente fue inmediata y su identificación con los nativos instantánea. Vio en la cultura de los africanos algo muy importante para aprender y compartir. Su imaginación y dotes para la transmisión oral hicieron de África su lugar en el mundo.
En Nairobi, Blixen conoció a Denys Finch Hatton, un cazador británico afincado en Kenia. Empezaron una relación amorosa intensa, pero con muchos altibajos.
En 1931, Denys Finch Hatton se mató en su avión Gipsy Moth. Blixen siguió a cargo de la plantación hasta que la caída de los precios del café en 1931 la obligaron a venderla y regresar a Dinamarca en agosto de 1931 para vivir con su madre. Permaneció en la propiedad familiar de Rungstedlund el resto de su vida. Su madre murió en 1939 y ella heredó la granja familiar. Siempre pensó en volver a África, pero la segunda guerra mundial se lo impidió.
Su nostalgia por la tierra africana se refleja así en una carta posterior a una vecina de allí: “ Saluda de mi parte a todos los que aún se acuerden de mí, también al paisaje que tienes alrededor, al bosque detrás de la casa donde vivían los N`derobo, y a los viejos árboles retorcidos y llenos de flores blancas de la sabana. También, si vieras a alguno de aquellos animales que en mis años aún podíamos encontrar allá arriba, y que siempre he pensado que eran los auténticos dueños de aquellas tierras”.
Si bien ya había publicado algunos trabajos, fue entonces cuando comenzó su carrera literaria bajo diversos seudónimos, el más conocido de los cuales es Isak Dinesen, con el cual publicó una serie de apuntes autobiográficos sobre su vida en África. Pero fue su libro Memorias de África (1937) el que sin duda la catapultó a la fama a nivel mundial; inspirada en el libro se filmó la película homónima, protagonizada por Meryl Streep en el papel de Karen Blixen y por Robert Redford como Dennys Finch Hatton.
Obra
Sombras en la hierba – 1960
Cuentos reunidos Isak Dinesen
Memorias de África – 1937
El festín de Babette – 1950
Vengadoras angelicales – 1947
Cartas de África
El cuento del joven marinero
Carnaval y otros cuentos
Cartas apócrifas
La familia Cats – 1909
Anécdotas del destino – 1958
Cuentos de invierno – 1942
La historia inmortal
Siete cuentos góticos – 1934
Lejos de África
Adaptaciones cinematográficas
Una historia inmortal (The Immortal Story) dirigida por Orson Welles, 1968.
Ehrengard dirigida por Emidio Greco, 1982.
Memorias de África (Out of Africa) dirigida por Sydney Pollack, 1985. Ganó 7 Oscar, entre ellos el de mejor película, mejor director y mejor guion adaptado.
El festín de Babette (Babette’s Feast) dirigida por Gabriel Axel, 1987. Fue la primera película danesa en ganar el Oscar a la mejor película en lengua no inglesa.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir