Llevo un par de semanas experimentando con este pollo. Y es que a últimas fechas la Salvia y yo nos llevamos de maravilla.

Imagen de Ecocosas.com

La Salvia tiene usos ornamentales, medicinales y gastronómicos, empleándose como condimento, especialmente en Italia y en las recetas de influencia italiana.

La primera vez que la probé fue en casa de mi amiga Petra, cuando aún vivía en CDMX, entonces ella hizo el pollo al sartén y le dio un muy buen sabor.

La última fue en Navidad, mi hermana Gabriela preparó una Coliflor asada con Salvia.

Aquí presento el Pollo Horneado, untado por todas partes con mantequilla, con sal y pimienta, y sumergido en vino blanco y caldo de pollo. Las hojitas de Salvia, por encima.

Como siempre, ando en busca de platillos que se puedan armar con antelación, de tal forma que te dejen china libre para convivir con invitados. Este pollo es sencillo para preparar, y acepta todo tipo de acompañantes: desde una sencilla ensalada, algunos vegetales, arroz o pasta.

Va la receta

Pollo horneado con Salvia y Limón

Ingredientes:

1 pollo en piezas (2 piernas, 2 muslos, una pechuga partida en 4)
1 rama de Salvia
50 gramos de mantequilla (mas o menos)
½ taza de vino blanco
½ taza de caldo de pollo
7 dientes de ajo sin pelar
1 limón eureka (1 cucharadita de cáscara y ½ cucharadita de jugo de limón)

Procedimiento

Lava bien las piezas de pollo. Aunque a últimas fechas se usa quitarle la piel al pollo, yo te recomiendo que se la dejes para cocinarlo con ella, así se resecará menos la carne.

Unta el pollo con limón

Acomódalo en un refractario, unta la mantequilla por todos sus lados. Procura alzar la piel de pollo y por abajo unta más mantequilla.

Pon un poco de sal y pimienta por todo el pollo

Acomoda las piezas de pollo, rocía un poquito de jugo de limón (menos si se trata de limón verde o limón de colima que es más ácido). Distribuye los dientes de ajo entre las piezas y por encima acomoda hojas de Salvia y ralladura de limón. Por un lado (para no quitarle la sal al pollo) añade el caldo de pollo y el vino blanco.

Me confieso: para hornearlo pongo la piel de pollo hacia abajo al principio (por 40 minutos), para que al final cuando la piel quede hacia arriba, esta tome un bonito tono dorado.

El molde se mete al horno por una hora a 180-200 grados centígrados. No más.

Siempre destapado. No te preocupes que se reseque porque tiene suficiente líquido para que eso no suceda. Y por eso la recomendación de que no aumentes la temperatura. Esta es la ideal y su tiempo es exactamente una hora.

Los últimos 20 minutos darás vuelta al pollo para que se dore del lado de la piel. Si llegaras a necesitar un poco de más líquido, podrás añadir caldo-vino blanco por partes iguales. Procura que el vino que utilices sea uno seco.

El Pollo Horneado con Salvia y Limón puedes servirlo con arroz blanco, con puré de papa, con papas horneadas, con pasta con queso. Incluso en esta ocasión yo lo acompañé con Risotto de Aguacate.

Buen provecho.

El próximo paso será utilizar esta receta para hornear un pollo entero. Ya les contaré.