Ya de regreso y a punto de iniciar los festejos navideños, me gustaría hacer un par de entradas referente a mis recientes vacaciones. Lo amerita.
Nos la pasamos muuuuy bien, el viaje lo organizamos desde el año pasado. Esta fue mi primera vez vía AirBnb y me encantó. Quizás de lo que más me entusiasmó desde un inicio fue Portugal. La combinación de paisajes tipo postal, la deliciosa comida y sus bebidas espirituosas (oporto y vinos de mesa) me hicieron soñar.
La realidad lo superó.
Sudé un poco cuando vi cuan empinadas estaban sus calles (por eso de la operación de la rodilla y el uso obligatorio del bastón). Pero todo llevadero, todo posible, todo disfrutable.
Portugal es un país lleno de color y de sabor (según yo, solo mariscos, pero encontramos DELICIOSAS opciones con la carne también); está lleno de nostalgia (Fado me cautivó) y sus postres ni se diga (pasteles de Belem¡¡¡) me han planteado retos para el año que entra.
Antes de ir, yo ya amaba la sardina. Por eso me resistí a pedirla en Lisboa, quería probar cosas nuevas. Pero me ganó el antojo. Me la sirvieron a la parrilla, un punto a favor porque yo generalmente la preparo asada o frita. Me presentaron tres sardinas con vinagreta de pimientos morrones por encima, por un lado jitomate rebanado y por el otro, papa hervida rebanada. Así tenía que ser porque el intenso sabor de la vinagreta convinaba muy bien con los vegetales al natural ¡Sublime!
Es el primer plato que preparo de lo recién conocido.
En ciudad de México conseguimos buena sardina. Se que somos productores, sin embargo, la que venden en el super es española o portuguesa. Siempre congelada. No esta nada mal. Yo acostumbro a consumirla; así…sencillita, pasada por aceite de oliva y acompañada de una salsa tártara. Portugal abrió para mi una gama de posibilidades. Por lo que probé, y por lo que viene en el libro de cocina que me compré.
Al elaborarla, lo confieso: mi primer intento salió de muy buen sabor, pero no cercano a lo que nos sirvieron en Lisboa. Porque la vinagreta lleva la cebolla cruda, crujiente. Pero se me ocurrió pasar cebolla y pimiento por el sartén, con aceite de oliva. No salió mal, incluso es una buena opción para quienes no toleran el fuerte sabor de la cebolla cruda. Plantearé mis dos intentos. Va la receta para dos modos.
Sardinas al estilo de Oporto
Ingredientes:
6 sardinas frescas
½ taza de aceite de oliva
2 papas criollas
3 pimientos morrones (me lo sirvieron verde, pero yo amo el rojo anaranjado y amarillo)
½ cebolla morada
2 cucharadas de vinagre
Sal y pimienta
En la pescadería pide que te entreguen las sardinas limpias (que les quiten entrañas y un tanto de escamas). La piel de la sardina es delicada.
Preparación:
¿Qué orden seguiremos para la preparación?
Primero pon a cocer las papas. Mis papas eran grandes, por lo que se tardaron 50 minutos en cocerse. No olvides taparlas. Para que el platillo resulte bien, debes de calcular los tiempos. Prácticamente las papas deben de estar saliendo al mismo tiempo que la sardina. Incluso puedes mantenerlas con la flama muy bajita si ves que salen primero que el resto de los platillos.
Segundo punto, asa los pimientos morrones. Procura que se tatemen bien. Ponlos a sudar en una bolsa, al menos por 15 minutos.
Entonces procede a quitarles la piel, las venas, las semillas. Lávalos bien y sécalos. Rebánalos y Reserva. En un recipiente hondo coloca el vinagre blanco. Rebana la cebolla y añade al vinagre y por último el pimiento rebanado. Agrega sal y pimienta. Deja reposar.
Tercer punto, enjuaga las sardinas. Quita los residuos de las entrañas y con los dedos ayúdate para quitar las escamas. Sécalas muy bien con un paño. Una vez Salpimentada, pásala por harina. Esto evitará que se pegue. Pon a calentar un sartén con el aceite de oliva. Con cuidado acomoda las sardinas en el sartén. Deja que se doren por veinte minutos cada lado, a fuego medio.
Para armar el plato:
Rebana el jitomate, y acomódalo en el plato. Rocíalo de aceite de oliva. un punto de sal y de pimienta.
Pela la papa (ayúdate de un cuchillo para que no te quemes), rebánala y colócala en el plato.
Acomoda las Sardinas, tres por persona y por encima coloca la vinagreta de pimientos.
Sírvelas con vino blanco seco.
Ahora bien, si no te gusta la cebolla cruda: en una sartén pon a calentar un par de cucharadas de aceite de oliva. Agrega la cebolla, que se acitrone un poco. Añade los pimientos. Revuelve un poco. Agrega el vinagre, sal y pimienta. Deja que se integre un par de minutos y apaga el sartén.
Primer intento, en vinagreta con la cebolla y pimientos pasados por aceite de oliva.
Segundo intento, en vinagreta con cebolla cruda.