Te querré más todavía
Te querré más todavía
Autor: Norma Blanco Maasberg
Editorial: Planeta
Páginas: 250
Precio: $198 Librería Gandhi y Amazon *
ISBN: 978-607-07-3874-6
*los precios señalados se mueven frecuentemente en las páginas de las librerías
Sinopsis:
1856 Catherine y Charles abandonan su Francia natal para embarcarse en un viaje sólo de ida hacia la exuberante, lejana y exótica región de Veracruz, donde se cultiva una de las mejores vainillas del mundo. Allí se integrarán en una cultura ajena, lucharán por sobrevivir a las inclemencias del clima y las enfermedades, lidiarán con las revueltas políticas entre conservadores y liberales y, sobre todo, conocerán el significado de la pasión, la amistad y el odio. Pero Catherine rebasará los límites de lo prohibido al enamorarse perdidamente de un hombre de ojos verdes y piel tostada. Su amor por él cambiará sus vidas para siempre y será el origen de un secreto que marcará la historia de su familia.1939. Marie, nieta de Catherine, vuelve a la casa paterna en la misma región tras la muerte de su esposo. Entre las pertenencias de su padre, encuentra unas cartas intercambiadas entre Catherine y su amante, así como el diario de su tío. Marie se sumerge en el pasado de su abuela y descubre los entramados de ese secreto que finalmente será descubierto.
¿Por qué en El lugar de Beatriz?
Te querré más todavía me atrapó por la portada: “Una conmovedora historia de amor en las legendarias plantaciones vainilleras de Veracruz” Como buena paisana, no podía ser de otra forma. Nací y me crie a 15 minutos de Papantla Veracruz, Vainillera por excelencia. El mundo de Catherine y de Marie fue mi mundo.
Mi opinión
(Excelente, Muy bueno, Me gustó-pudo ser mejor, No vale la pena, Muy malo)
Muy bueno: Insisto, soy una enamorada empedernida. Este libro me gustó mucho. Trajo a mi cabeza lugares, olores y sabores; la humedad de la costa, la brisa del mar. Y por supuesto, dos tórridos romances. Marie no tuvo de otra, hizo limonada porque la vida solo le dio limones. Todo para que no le fuera como a su abuela…
La novela Te querré más todavía, no solo nos platica de estas dos luchadoras, emprendedoras. También nos platica sobre la vida económica y política en el estado de Veracruz en dos líneas de tiempo: 1856-1939. Por supuesto la comida flota en todo el libro, muchos de los platos mencionados me transportaron a mi casa. Muy recomendable, muy entretenido.
Y si a eso le añaden lo bella y sencilla que es la autora. Mas tardé en comunicarme con ella para solicitar información de su biografía, que lo que ella se tardó en poner a mi disposición su apoyo. Muchas gracias Norma Blanco.
Algo para recordar
Marie, otoño de 1938
El otoño llegó, como de costumbre, adelantado. Acudió puntual a las fiestas por la Independencia de México y, después de unos días de ausencia, regresó con todo su ímpetu.
Ese día también era de celebración. Con la llegada del primer frente frío, pero frío en verdad, afluían los bobos, una especie de pez de color plateado, que vive en las aguas torrentosas de las montañas y desova en el mar. Nadie sabía a ciencia cierta por qué veinticuatro horas después de haber comenzado el temporal llegaban los cardúmenes, pero aprovechaban para pescarlos.
Sin importar que el río estuviera crecido y arrastrando grandes palizadas, se aventuraban en lanchas de madera de una sola pieza, impulsados por sus remos y acompañados por el constante chipichipi.
Para realizar un lance, como llamaban a cada intento de captura, remontaban el río bogando por la orilla y las vegas inundadas. Cuando llegaban al comienzo de una recta, tiraban una larga red de hilo transparente con boyas de caucho, que abarcaba hasta la ribera opuesta. Después se dejaban llevar por la corriente, corrigiendo el rumbo de cuando en cuando, hasta que la proximidad de algún reviro les obligaba a sacar la red.
Durante este trayecto, los bobos se atoraban en las mallas, que tenían una abertura equivalente a siete u ocho dedos de una mano. Y era tal la abundancia de peces que el promedio de captura en una jornada oscilaba entre doscientos y trescientos por bote.
Lo consideraban un manjar y les gustaba consumirlo al llegar a casa después de la pesca; nada como un buen caldo para calentarse y reponer fuerzas. Por lo general, cada pescador regalaba parte de su lote a amigos, vecinos y familiares. Procedían a salar el excedente. Las preciadas huevas, una vez aplastadas, eran cortadas en tiras y guardadas en latas de aluminio, pues servirían para aderezar tortillas de huevo.
Marie estaba excitada. Había pasado la tarde yendo y viniendo del muelle a la casa en espera del bote de su padre. Finalmente, cuando el sol estaba próximo al horizonte, aparecieron. Los pescadores lucían cansados, pero felices. La mujer se acercó para asomarse y descubrió, junto al tendal de siete puntas, los primeros peces.
─Ya pensaba que cenaríamos caldo de tomate ─ dijo Marie carcajeándose.
─Los sacamos apenas, en este último lance ─ contestó Frédéric.
─ Bueno, pues no se queden ahí y ayúdenme a bajarlos, que los niños están muy ansiosos e ilusionados.
Fréderic y uno de sus primos tomaron las bandejas que Marie les ofreció, las llenaron con los bobos y las depositaron al pie de la vereda, donde comenzaba el maizal.
─ Ahí te los dejamos. Nosotros vamos a seguirle, que se ve que apenas viene lo bueno ─ apuntó Frédéric….
De la Autora, Norma Blanco Maasberg
Nació en 1973 en el estado de Veracrua. Desde Pequeña sintió la inaplazable urgencia de escribir, por lo que decide dedicarse al periodismo.
Tras vencer la resistencia familiar, realizó estudios en Ciencias de la Comunicación, colaborando como reportera y conductora en medios estatales. Incansable, obstinada, persistente. La vida la llevó por otros derroteros hasta que, en enero de 2012, ingresa a los talleres literarios de Beatriz Rivas, para cultivar su pasión.
Exiliada en la Ciudad de México, se estrena como novelista llevándonos a un viaje por un pasado que se diluye en la memoria de unos pocos. Una corresponsalía que es testimonio y homenaje del lugar donde vivió hasta los 17 años