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Día 227 – El Hobbit

Día 227
Sábado 31 de octubre

 

 

Si, desde el año pasado leí este libro, pero por fulanas o sultanas pospuse la reseña.

Y si me animé a leerlo para el blog, fue por las múltiples referencias culinarias al respecto.

A mi me parece que todas son leyendas urbanas (siiii, leyendas) porque el texto adolece de ser explicito en cuanto a comida se refiere. A veces un comentario aquí (champiñones de temporada, o un hobbit tragón) pero nada que amerite pensar que la comida es protagonista. Sin embargo en la red encuentras hasta recetarios jajajjjjajaja

Va la reseña.

El Hobbit

Autor: J.R.R. Tolkien
Editorial: Minotauro
Páginas: 374
Precio:
$548 Librería Gandhi https://www.gandhi.com.mx/el-hobbit-ilustrado-por-jemima-catlin
$4,463 Amazon https://www.amazon.com.mx/Hobbit-ilustrado-por-Jemima-Catlin/dp/8445001515/ref=sr_1_1?__mk_es_MX=%C3%85M%C3%85%C5%BD%C3%95%C3%91&dchild=1&keywords=El+hobbit%2C+Jemima+Catlin&qid=1611890150&s=books&sr=1-1
$548 Buscalibros https://www.buscalibre.com.mx/libro-el-hobbit-ilustrado-por-jemima-catlin/9788445007938/p/52364075

ISBN: 978-84-450-0793-8

 

 

Sinopsis:

En 1937 se publicó por primera vez El Hobbit. En ese momento su creador, John Ronald Reuel Tolkien, estaba lejos de imaginar que el relato que había inventado para sus hijos iba a convertirse en una de las historias más queridas de la literatura. 75 años después, miles de padres siguen relatándoles a sus hijos las aventuras de Bilbo Bolsón y la historia de este pequeño hobbit que vivía en un agujero en el suelo está más viva que nunca gracias a la adaptación cinematográfica de Peter Jackson.

 

¿Por qué en El lugar de Beatriz?

Este es el segundo libro que leo con el Club de Lectura Macondo. Después de revisar infinidad de artículos relacionados con la comida en la tierra media, se me hizo atractiva la idea de incluirlo en el Blog.

 

Mi opinión (Excelente, Muy bueno, Me gustó-pudo ser mejor, No vale la pena, Muy malo)

Excelente. Me a gustado mucho este libro. Desde la historia (muy bien estructurada), pasando por la forma de narrar de Tolkien (la historia es para niños y no se como le hace, pero para los adultos es atractiva la historia y la narrativa), y acabando con las ilustraciones de Jemima Catlin. A propósito me hice de esta edición, porque comentaron en Macondo Club que era muy hermosa.

El Hobbit narra las aventuras de Bilbo Bolsón, quien de manera intempestiva es invitado a unirse a la cruzada de 13 enanos y el mago Gandalf para rescatar un tesoro perdido que se encuentra en custodia de un Dragón. Quizás se me hizo muchísimo más entretenida la pate de camino hacia el dragón, que la pelea misma.

No obstante que la red está inundada de artículos que hablan sobre lo tragones que son los hobbit, en realidad todo lo planteado se refiere a interpretación, porque el autor en repetidas ocasiones ser refiere a la comida de forma general:

Y así sacaron las ollas de monedas y todos los alimentos que parecían limpios y adecuados para comer, así como un barril de cerveza del país todavía lleno. Sintieron ganas de desayunar, y hambrientos como estaban no hicieron ascos a lo que habían sacado de las despensas de los trolls. De las provisiones que habían traído quedaba ya poco, pero ahora tenían pan, queso, gran cantidad de cerveza y panceta para asar a las brasas.

 

 

¿quién debería de leer Después del Banquete?

Niños, Jóvenes y Adultos definitivamente. Yo lo disfruté mucho.

 

Algo para recordar

La sala era (ahora) bastante oscura. Beorn batió las manos, y entraron trotando cuatro hermosos poneys blancos y varios perros grandes de cuerpo largo y pelambre gris. Beorn les dijo algo en una lengua extraña, que parecía sonidos de animales transformados en conversación. Volvieron a salir pronto regresaron con antorchas en la boca, y en seguida las encendieron en el fuego y las colgaron en los soportes de los pilares, cerca de la chimenea central. Los perros podían sostenerse a voluntad sobre los cuatro traseros, y transportaban cosas con las patas delanteras. Con gran diligencia sacaban tablas y caballetes de las paredes laterales y las amontonaban cerca del fuego.

Luego se oyó un ¡beee!, y entraron unas ovejas blancas como la nieve precedidas por un carnero negro como el carbón. Una llevaba un paño bordado en los bordes con figuras de animales; otras sostenían sobre los lomos bandejas con cuencos, fuentes, cuchillos y cucharas de madera, que los perros cogían y dejaban rápidamente sobre las mesas de caballetes. Éstas eran muy bajas, tanto que Bilbo podía sentarse con comodidad. Junto a él, un poney empujaba dos bancos de asientos bajos y corredizos, con patas pequeñas, gruesas y cortas, para Gandalf y Thorin, mientras que al otro extremo ponían la gran silla negra de Beorn, del mismo estilo (en la que se sentaba con las enormes piernas estiradas bajo la mesa). Éstas eran todas las sillas que tenía en la sala, y quizá tan bajas como las mesas para conveniencia de los maravillosos animales que le servían. ¿En dónde se sentaban los demás? No los había olvidado. Los otros poneys entraron haciendo rodar unas secciones cónicas de troncos alisadas y pulidas, y bajas aun para Bilbo; y muy pronto todos estuvieron sentados a la mesa de Beorn. La sala no había visto una reunión semejante desde hacía muchos años.

Allí merendaron, o cenaron, como no lo habían hecho desde que dejaron la Última Morada en el Oeste y dijeron adiós a Elrond. La luz de las antorchas y el fuego titilaban alrededor, y sobre la mesa había dos velas altas de cera roja de abeja. Todo el tiempo mientras comían, Beorn, con una voz profunda y atronadora, contaba historias de las tierras salvajes de aquel lado de la montaña, y especialmente del oscuro y peligroso bosque que se extendía ante ellos de Norte a Sur, a un día de cabalgata, cerrando su camino hacia el Este: terrible bosque denominado el Bosque Negro.

Los enanos escuchaban y se mesaban las barbas, pues pronto tendrían que aventurarse en ese bosque, y después de las montañas el bosque era el peor de los peligros, antes de llegar a la fortaleza del dragón. Cuando la cena terminó, se pusieron a contar historias de su propia cosecha, pero Beorn no le interesaban esas cosas: no había nada de oro ni de plata en la sala, y pocos objetos, excepto los cuchillos, eran de metal.

Estuvieron largo rato de sobremesa bebiendo hidromiel en cuencos de madera. Fuera se extendía la noche oscura. Los fuegos en medio en medio de la sala eran alimentados con nuevos leños; las antorchas se apagaron, y se sentaron tranquilos a la luz de las llamas danzantes, con los pilares de la casa altos a sus espaldas, y oscuros, como copas de árboles, en la parte superior. Fuese magia o no, a Bilbo le pareció oír un sonido como de viento sobre las ramas, que golpeaban el techo, y el ulular de unos tubos. Al poco rato empezó a cabecear, y las voces parecían venir de muy lejos, hasta que despertó con un sobresalto.

La gran puerta había rechinado y en seguida se cerró de golpe. Beorn había salido. Los enanos estaban aún sentados en el suelo, alrededor del fuego, con las piernas cruzadas. De pronto se pusieron a cantar. Algunos de los versos eran como éstos, aunque hubo muchos y el canto siguió durante largo rato

El viento soplaba en el brezal agotado,

Pero no se movía una hoja en el bosque:

Allí estaban las sombras día y noche,

Y criaturas oscuras reptaban en silencio…

 

Del Autor – J. R. R. Tolkien

Nombre completo: John Ronald Reuel Tolkien
Lugar de nacimiento: Bloemfontein, Estado Libre de Orange
Fecha de nacimiento: 3 de enero de 1892
Murió: 2 de septiembre de 1973 en Bournemouth, Inglaterra

John Ronald Reuel fue el hijo primogénito de Arthur Tolkien y Mabel Suffield, ambos del Reino Unido. Su padre era empleado de la banca y terminó mudándose a Bloemfontein, en el Estado Libre de Orange, donde ascendió hasta dirigir el Banco de África en Sudáfrica. La familia, junto a sus dos hijos Ronald y Hilary, adoptó un cómodo estilo de vida en la puerta contigua al banco.

Tiempo después, el clima del lugar perjudicaba la salud de Ronald, en particualar, razón por la cual su madre pensó que el clima inglés lo favorecería y en 1985 decidió regresar a Inglaterra con sus dos hijos. Su padre padre se quedó en Sudáfrica, donde murió a causa de una grave hemorragia producto de la fiebre reumática antes de tener la oportunidad de reunirse con su familia en Inglaterra.

La inesperada muerte de su padre en Sudáfrica dejó a su familia sin ingresos, por lo que Mabel debió llevar a sus hijos a vivir con su propia familia en Birmingham, quienes la ayudaban económicamente.

Su madre ejerció de tutora de sus dos hijos, pero Ronald, como se lo conocía en la familia, fue un alumno sobresaliente. Las enseñanzas de su madre le despertaron un gran interés por la botánica, estimuló el placer de observar y sentir las plantas. Pero sus lecciones preferidas eran aquellas relacionadas con los idiomas, debido a que su madre lo inició en las bases del latín a muy temprana edad. De manera que ya podía leer a los cuatro años de edad y escribir de forma fluida luego.

En 1904 falleció su madre por complicaciones de la diabetes que padecía. Ronald tenía doce años en aquel momento. Al quedar huérfano, él y su hermano, dos años menor, quedaron bajo la tutela de un sacerdote medio español y medio galés llamado Francis Morgan, quien había apoyado a su madre moral y económicamente después de haberse convertido al catolicismo, debido a que su propia familia le diera la espalda tras haber tomado esta decisión.

En 1908, a los dieciséis años, Tolkien conoció en el orfanato a Edith Mary Bratt, una talentosa pianista que también había quedado huérfana, de quien se enamoró pese a ser tres años menor y con quien se casaría años más tarde.

En 1911, Tolkien cursaba sus estudios en el colegio King Edward de Birmingham, donde desarrolló su amor por las lenguas.

Cuando estalló la primera guerra mundial en 1914, Tolkien era todavía un estudiante en Oxford donde, en 1915, se graduó con una mención de honor en Literatura y Lengua Inglesa. Poco después de su graduación, se alistó en el ejército, sirviendo como oficial de comunicaciones.

En 1916 tras haber combatido en el campo de batalla enfermó, víctima de lo que denominaron la fiebre de las trincheras y tuvo que regresar a casa con la baja para el servicio.

Durante su recuperación empezó a escribir y dar forma a un conjunto de historias y leyendas al que llamó «El libro de los cuentos perdidos». Se trata de los primeros esbozos de lo que se transformaría en la base mitológica de la conformación de la «Tierra Media».

Su primer trabajo tras la guerra fue como lexicógrafo asistente en la redacción para la primera edición del Oxford English Dictionary. En 1920 ocupó el puesto de profesor no titular de Lengua inglesa en la Universidad de Leeds, donde alcanzó el cargo de profesor, reformando con su magisterio la enseñanza de esta disciplina. En suma, pasó casi toda su vida académica en Oxford, donde en 1926 conoció a C.S. Lewis, otro profesor de la Universidad que al igual que Tolkien, estaba encantado con la literatura fantástica y la creación de historias propias.
J.R.R. Tolkien dedicaba su tiempo libre a su familia y a su obra literaria. Con Judith tuvieron cuatro hijos, el sacerdote John Francis Reuel, Michael Hilary Reuel, Christopher Tolkien y Priscila Anne Reuel. Fue para ellos por lo que escribió el cuento El Hobbit, que persuadido por su gran amigo C.S. Lewis fue publicado por George Allen & Unwin en 1937. Tuvo tanto éxito que el editor quiso tener en seguida una secuela, pero no fue hasta 1954 que apareció el primer volumen de la obra maestra de Tolkien, El Señor de los Anillos, con un éxito inmediato. Su enorme popularidad sorprendió al mismo Tolkien.

Fue un escritor prolífico hay una larga lista de sus trabajos que incluyen novelas, poemas, cuentos, historias de ficción, idiomas inventados y ensayos literarios sobre todo un mundo imaginado. Pero sin lugar a dudas, sus dos obras más exitosas han sido El hobbit y El Señor de los Anillos y las que lo han catapultado a la fama y a ser reconocido popularmente como el padre de la literatura moderna de fantasía.

J.R.R se jubiló en 1959, dejando sus clases en Oxford, y en 1968, él y Edith se mudaron a la localidad de Bournemouth. Tras la muerte de Edith el 29 de noviembre de 1971, su esposa de toda la vida, John hizo escribir sobre su lápida el nombre de Lúthien. Finalmente, Tolkien murió el 2 de septiembre de 1973.

 

Los Libros de J.R.R.Tolkien

 

Novelas

El hobbit, 21 de septiembre de 1937
Hoja, de Niggle, enero de 1945
Egidio, el granjero de Ham, octubre de 1949
El Señor de los Anillos, publicada en cuatro volúmenes:
La Comunidad del Anillo, 29 de julio de 1954
Las dos torres, 11 de noviembre de 1954
El retorno del Rey, 20 de octubre de 1955
Apéndices de El Señor de los Anillos, 1955
Las aventuras de Tom Bombadil y otros poemas de El Libro Rojo, 22 de noviembre de 1962
Árbol y Hoja, y el poema Mitopoeia, 28 de mayo de 1964
El herrero de Wootton Mayor, 9 de noviembre de 1967
El señor Bliss, 1982
Roverandom, 1998

 

Novelas publicadas póstumamente

El Silmarillion, 15 de septiembre de 1977
Cuentos inconclusos de Númenor y la Tierra Media, 2 de octubre de 1980
La historia de la Tierra Media
Los hijos de Húrin, abril de 2007
La leyenda de Sigurd y Gudrún, octubre de 2009
La caída de Arturo, 2013.
La historia de Kullervo, 2015
Beren y Lúthien, 2017
La caída de Gondolin, 2018