Reseñas de libros, revistas y restaurantes

Madame Proust y la Cocina Kosher

Madame Proust y la cocina kosher

Autoras: Kate Taylor
Editorial: Nuevos Tiempos Siruela
Páginas: 416 páginas
Precio: Amazon $598
ISBN: 978-84-9841-651-0

 

Sinopsis:

En el París de fin de siècle, Jeanne Proust, una culta mujer judía casada con un médico católico, escribe en sus libretas todo tipo de acontecimientos personales y generales, aunque el tema más recurrente es su hijo Marcel, a quien sus altas aspiraciones sociales, sus insatisfechas ambiciones literarias y su delicada salud impiden terminar de encajar de la vida burguesa de la época. En la relación de los desvelos de Madame Proust irrumpe el relato de las insatisfacciones de Marie Prévost, traductora de los diarios, cuya obsesión por el documento será un bálsamo contra su amor no correspondido hacia el enigmático Max. La tercera historia que se entrelaza en la trama de esta apasionada novela es la de Sarah Bensimon, una refugiada parisina a quien sus padres enviaron de niña a Canadá para escapar del terror nazi. Instalada definitivamente en Toronto y cada vez más alejada de su marido y de su hijo adolescente, Sarah se refugia en su cocina, donde batalla por reconciliar sus esperanzas y decepciones y por curar las profundas heridas provocadas por la Historia.

 

¿Por qué en El lugar de Beatriz?

La Cocina Kosher es su boleto de entrada, y no me arrepentí.

 

Mi opinión (Excelente, Muy bueno, Me gustó-pudo ser mejor, No vale la pena, Muy malo)

Muy Bueno,

Las tres historias que se entrelazan en este libro te atrapan.

Su principio fue un tanto lento, denso. Me tardé averiguar el método para distinguir las tres historias, que son contadas en paralelo, la historia de estas maravillosas mujeres: Madame Proust, Sarah y Marie.

La primera historia es sobre los diarios que lleva Madame Proust, donde relata el mundo donde se mueve su hijo, el escritor Marcel Proust. Me ha cautivado tanto esta parte, al grado tal que seguramente mas adelante hablaré sobre el libro En Busca del Tiempo Perdido (¡lo confieso! No había oído hablar de él).

La segunda historia es sobre Sarah Bensimon, una refugiada parisina judía que es adoptada por el matrimonio -Los Plot-, nos narra sobre el proceso que significó la migración a Canadá, huyendo de los nazis, a la edad de 11 años. Como la afecta y acaba marcando sus relaciones personales, con su marido Daniel y su hijo Max.

La tercera historia la protagoniza Marie, quién vive eternamente enamorada de Max, y quien será la encargada de traducir los diarios de Madame Proust del francés al inglés.

Las tres historias te cautivan.

¿Y donde entra la comida? A lo largo de todo el libro está salpicado de comentarios sobre almuerzos, banquetes, celebraciones y demás. Pero es sin lugar a dudas cuando Sarah se casa, cuando los banquetes se hacen sentir.

 

Algo para recordar

Paris, 23 de septiembre de 1899, sábado.

Suzanne trabaja de maravilla. Jean y yo comentábamos esta mañana que se ha adaptado muy deprisa y que es muy afectuosa. Supongo que estamos tan habituados a Félicie que nos parece normal que una criada se encoja de hombros o esboce una mueca de fastidio cuando se le propone una cena para invitados, pero es agradable trabajar con alguien que parece ver en los convites especiales una buena ocasión para mostrar su talento. Espero y deseo que Félicie no la ahuyente como hizo con Geneviéve, aunque al menos parece haber aceptado que la nueva se encargará de la mayor parte de las labores de la cocina.

Marie-Marguerite y Anatole vinieron a cenar anoche y Suzanne se lució. La blanquette de vean estaba absolutamente aterciopelada, y ella es lo suficientemente inteligente como para que nadie deba decirle que no se puede servir un budín cremoso después de una espesa salsa como esa, y sirvió una estupenda y crujiente tarta de manzana que elaboró con las primeras manzanas de la temporada. Comentamos el affaire Dreyfus durante la cena. Si bien había pasado mucho tiempo desde la última vez que Adrien y yo tuvimos una conversación sincera sobre un tema tan difícil, Marie-Marguerite no es de las que se arredran ante ningún tema simplemente porque resulte controvertido, y no dudó en decirles a los hombres que se equivocan. Yo estaba diciendo que me entristecía que Dreyfus hubiera aceptado el perdón, pero que me parecía que quienes le criticaban estaban siendo muy duros con él. Por mucho que defiendan el valor de los principios, nadie les ha pedido que cumplan una condena de cinco años en la isla del Diablo. Anatole no puede dejar a un lado su postura oficial y ahora se muestra discretamente silencioso sobre el asunto, pero Adrien y yo convenimos en que Dreyfus no tuvo más remedio que aceptar el perdón y poner punto y final al asunto. Marie-Marguerite defendía una postura más purista y afirmó que espera todavía presenciar un juicio como es de rigor. <<Ya tuvo un juicio justo>>, estalló Adrien; a lo que ella replicó: <<Pero no es un veredicto justo>>.

Envalentonada quizá por el amigable ambiente de nuestra cena en familia, Marie-Marguerite no se contentó con eso y le dijo a Adrien que debería tener más consideración por mis sentimientos a la hora de comentar el asunto. Cuando intenté hacerla callar, ella insistió: <<No creo que debas poner distancia entre tu leal esposa y tú dejando que crea que te has puesto del lado de quienes muestran tan solo un ciego prejuicio contra los judíos>>.

Adrien respondió, como lo ha hecho en otras ocasiones, que creía que el asunto nada tiene que ver con cuestiones de raza o de religión, pero Marie-Marguerite le contestó que, de ser así, debería dejar más clara su desaprobación de la facción antisemita. En ese momento, Anatole decidió intervenir y le pidió que zanjara su intervención. Ella simplemente se limitó a encogerse de los hombros, haciendo caso omiso de su protesta, y respondió: <<Bueno, simplemente intentaba salir en defensa de Jeanne>>, y ahí lo dejamos, pasando a otros temas. Aunque fue un momento tenso, no estropeó la cena. Al parecer por fin somos capaces de aceptar que nuestras opiniones difieren. Y eso es lo que debería hacer toda Francia antes de zanjar el asunto.

Marcel escribe desde Évian para pedirme que le envíe mi ejemplar del libro que La Sizeranne ha escrito sobre Ruskin en el próximo correo, pero no logro dar con él. En cualquier caso, para cuando lo encuentre él ya estará de nuevo en casa.

 

De la Autora – Kate Taylor

Kate Taylor nació en Francia y creció en Ottawa, aunque fue en Toronto, ciudad en la que reside actualmente, donde estudió Historia e Historia del Arte. Después de hacer un máster en periodismo, comenzó a trabajar en The Globe and Mail, labor por la que fue nominada al National Newspaper Awards y por la que recibió en dos ocasiones el premio Nathan Cohen. En la actualidad escribe una columna sobre arte para ese mismo periódico. Por su trabajo como escritora ha merecido también varios premios, como el Commonwealth Writers Prize for Best First Book (Canada/Caribbean region), y el City of Toronto Book Award, ambos por Madame Proust y la cocina kosher.

 

Los Libros de Kate Taylor

Madame Proust y la cocina kosher
Como tener cada día el orgasmo de su vida

Cocina Internacional – 2 tomos

Cocina Internacional – 2 tomos

Autor: Elena Ocampo de Sanz
Editorial: CECSA
Lugar y Año de la publicación: Tomo I México 1985, Tomo II México 1986
Páginas: Tomo I 589, Tomo II 466
Precio: en Mercado Libre el precio va de $600 a $2000 los dos tomos. https://libros.mercadolibre.com.mx/cocina-internacional-elena-ocampo-de-sanz
ISBN: tan pero tan viejito que no tiene ISBN

 

Sinopsis:

Uno de los primeros libros de recetas que utilizamos en casa, con un contenido muy surtido que va desde sopas, salsas, huevos, mariscos, pescados, aves, carnes, ensaladas, verduras, galletas pasteles dulces y platillos regionales.

El segundo tomo adicional a lo antes mencionado, trae un capítulo de congelados y otro para arreglo de mesas.

 

¿Por qué en El lugar de Beatriz?

Porque fue de los primeros libros de cocina que conocí y continúo haciendo las recetas que entonces descubrí en sus páginas.

 

Mi opinión:

Los libros modernos manejan fotos a diestra y siniestra, pero este libro no. Tiene el formato de una enciclopedia, grande pesado. Trae al menos tres grupos de fotos, malas fotos por cierto.

Pero las recetas son muuuy buenas.

A pesar de que el título del libro es COCINA INTERNACIONAL, encuentras recetas de cocina tradicional a lo largo de todo el libro. Recetas sencillas, sin pretensiones, comida para todos los días, de la comida de antes.

Pero también si le buscas, te topas con platillos lucidores tradicionales.
El libro ya no lo reeditaron. Pero es posible conseguirlo en Mercado Libre. Vale la pena.

De la Autora, Elena Ocampo de Sanz:

No encontré renglón alguno sobre la autora, ni fotografía.

Solo una entrada sobre este libro que tanto me gusta, del blog Hoja Santa. Me encantó. Se los dejo por aquí

Paladear con el Cerebro

Paladear con el Cerebro

Autor: Francisco Javier Cudeiro Mazaira
Editorial: CSIC
Páginas: 126 páginas
Precio:
Gandhi $278  y Amazon $333

ISBN: 978-84-00-09502-4

 

Sinopsis:

El reciente y renovado interés por la gastronomía está generando un fenómeno curioso: la intención de los cocineros ya no es solo elaborar platos de calidad desde un punto de vista culinario, sino, también, sorprender y a veces sobresaltar la experiencia perceptiva del comensal. Este libro explica cómo se las arregla el cerebro para entender los mensajes que los modernos cocineros envían a sus comensales, mejor dicho, a los cerebros de sus comensales. ¿Cuáles son los procesos que nos permiten disfrutar de una velada en compañía o emocionarnos al oler un risotto de flores y semillas? ¿Por qué siempre tengo un hueco para el postre? Ya no es suficiente hablar de los sentidos; es necesario conocer los procesos cerebrales responsables de la percepción sensorial para poder entender lo que significa disfrutar con la comida. Al mezclar en las proporciones adecuadas el conocimiento científico y el arte de la investigación culinaria, esta obra será de interés para todo aquel que quiera adentrarse en el mundo de la percepción sensorial a través de la cocina y ofrece pistas para que el lector pueda entender lo que le ocurre cuando disfruta de una experiencia gastronómica, un misterio que albergan las células nerviosas.

 

¿Por qué en El lugar de Beatriz?

Por supuesto este ensayo tiene que estar en El Lugar de Beatriz. Es un enfoque novedoso tratar la Gastronomía vía el cerebro. Es explicar olores y sabores a través de lo que capta el cerebro. Muy interesante.

 

Mi opinión (Excelente, Muy bueno, Me gustó-pudo ser mejor, No vale la pena, Muy malo)

Paladear con el Cerebro es un libro Muy Bueno, cargado de información

Por supuesto se trata de un científico hablando de comida, gastronomía, historia de la comida (desde la prehistoria hasta nuestros días) de una forma tan amena. En una sentada leí la mitad del libro.

Cudeiro utiliza un lenguaje sencillo en sus explicaciones, y a veces un tanto cómico.

  • El hombre es el único animal sobre la tierra que “prepara” sus alimentos y busca con qué acompañarlos para disfrutarlos aún más.
  • El hombre al cocinar, mata bacterias, lo que le ha permitido una mayor garantía de supervivencia
  • Cuando dormimos, nuestro organismo libera hormonas que pasan al cerebro como una señal de saciedad. Las personas que tienen problemas de insomnio…suelen tener problemas de sobrepeso.

Estos y muchos más datos puedes encontrar en este interesantísimo libro.

 

Algo para recordar

Prólogo

Cocinar es permitir o provocar reacciones entre productos usando el fuego como principal catalizador. En este sentido, y en contra de todas las tendencias naturistas, que niegan la química como un satanizado mal, cocinar es hacer química, mezclar elementos químicos para hacer algo que es más que la simple suma de los elementos usados.

¿y pensar o amar son también el resultado de la interacción de productos químicos? La respuesta es definitivamente si y esas reacciones ocurren en nuestro cerebro, cada milisegundo de nuestras vidas. Es más, el funcionamiento de nuestro cerebro es el resultado de miles de reacciones en espacio y tiempo de miles de productos químicos. Y es el cerebro el que crea los sabores, los olores. Estos no existen si no son leídos por el cerebro.

Los neurocientíficos puedes explicar ahora cómo los sabores se generan por la interacción de diversos centros nerviosos ubicados en el cerebro. Igualmente, se está determinando con estudios muy concienzudos que los alimentos activan los núcleos cerebrales que regulan la apetencia. Así, la comida activa regiones cerebrales que se encienden igualmente con sustancias como el tabaco o el alcohol o las drogas de abuso, como la cocaína. Curiosamente, el chocolate tiene un gran impacto sobre estas regiones. Ahora sabemos porque algunos alimentos son picantes y conocemos los genes que codifican las proteínas encargadas de detectar la sustancia que pica (capsaicina). Estos genes se han clonado, e incluso se han creado ratones a los que se les han quitado. Esos animales ya no son capaces de sentir o detectar el picante. Si nos fijamos en el sistema olfativo, ahora sabemos que el genoma humano dedica un número importante de genes para conformarlo. Este sistema es extraordinariamente sofisticado, y la identificación de los genes que hacen que esto sea así les valió recientemente un Premio Nobel a dos científicos norteamericanos. De hecho, el sentido del olfato juega un papel crucial en la capacidad de paladear. Demostrarlo es muy fácil. Tápense la nariz con los dedos, traten de paladear unas gotas de aceite o una hoja de menta. Durante ese proceso destápense la nariz y de repente descubrirán que el sabor aparece. Es decir, que sin olfato no hay sabor, a pesar de que los receptores del sabor están en la lengua. Por tanto, los sabores, los aromas, se generan en el cerebro, son invenciones del cerebro. Por suerte que todos los cerebros (o casi) funcionan de forma parecida, y todos son capaces de identificar el sabor del aceite o el de la menta.

Pero no solo el gusto y el olfato se complementan para generar la experiencia de sabor, también la vista e incluso el oído juegan su papel. Y es que las cosas son lo que aparentan ser. Cuentan que en un reputado restaurante inglés, el chef hizo una prueba muy ilustrativa. Dio a probar a un grupo de amigos unos filetes en total oscuridad. Preguntó cómo sabían, y todos coincidieron en que estaban excelentes tanto en textura como en sabor.

Entonces encendió la luz. Resulta que el chef había teñido los filetes de azul, un color que uno nunca asociaría a una carne en buenas condiciones. Todos sintieron repugnancia por aquello e incluso algunos vomitaron. Otro ejemplo, este más cercano, puede ser el de una afamada chef que embotelló vino blanco teñido de tinto en una botella de vino tinto, con una etiqueta de vino tinto, hecho con una variedad de uva tinta determinada.

Acertaba a estar allí un sumiller que se ofreció a hacer la cata del vino. Pues el hombre hizo una descripción perfecta del vino que allí había, de acuerdo a lo que veía. Se equivocó de lado a lado. Y es que su cerebro lo que le decía es que estaba catando vino tinto de esa uva y, por tanto en base a su experiencia (almacenada en el cerebro), aquel vino debía saber y oler de una determinada manera. Si la cata hubiera sido ciega, el sumiller se hubiera dado cuenta del engaño sin lugar a dudas. Podemos decir que el cerebro inventó los sabores y los olores a través de la interacción con la información visual que simultáneamente le estaba llegando y que negaba lo que estaba saboreando.

Estamos asistiendo a una auténtica revolución del cerebro, de cómo el cerebro es capaz de hacernos entender las cosas, de sentirlas, de paladearlas y de disfrutarlas. Y esto es particularmente interesante en la gastronomía. Hoy los chefs no preparan platos para alimentar a la gente. Esta es una necesidad de supervivencia que en los países desarrollados es obviada continuamente. Se come para disfrutar, no para sobrevivir. Los modernos chefs buscan el impacto sobre los sentidos con sus mezclas de olores, colores, sabores y texturas y a veces incluso sonidos, para llevar estos sentidos al extremo. Así, se generan experiencias sensoriales imposibles de experimentar de otra forma. Y este es el verdadero atractivo de la cocina moderna.

A lo largo de los últimos años han aparecido una serie de textos que tratan sobre estos aspectos. También de cómo el conocimiento científico y técnico ha influido en los modos de actuación de los cocineros y los ha posibilitado con técnicas extraordinarias. Ello ha convertido las cocinas en verdaderos laboratorios. El conocimiento de las características de las proteínas, por poner un ejemplo, y su comportamiento frente a tratamientos como calor, frío, sustancias ácidas, etc., otorga al cocinero capacidades inusitadas de transformación de los alimentos, de sus texturas. De este modo, el cocinero juega con los sentidos, los engaña, los pone a prueba. Pues bien, de cómo ocurre eso es de lo que trata Paladear con el Cerebro. No se trata de un libro de gastronomía, sino de neurociencia. No se enseña a cocinar, se enseña cómo se las arregla el cerebro para entender los mensajes que los modernos cocineros envían a sus comensales, mejor dicho, a los cereros de sus comensales.

Como Francisco Javier Cudeiro dice, todas las respuestas están escritas en las neuronas. Comparto con Javier la admiración por Vázquez Montalbán y por su personaje Pepe Carvalho, su avatar literario. Sus descripciones culinarias están para siempre en mi memoria ─en mi cerebro─. Si Carvalho pudiera leer este libro, donde se explica por qué comer nos gusta tanto, seguro que en esas largas veladas en Vallvidrera lo salvaría de la hoguera.

 

Del Autor – Francisco Javier Cudeiro Mazaira

 

Catedrático de Fisiología Humana en la Universidad de A Coruña. Vicepresidente de la Sociedad Española de Neurociencia entre los años 1999-2003, en la actualidad es miembro de la European DANA Alliance for the Brain, presidente de la Sociedad Española de Ciencias Fisiológicas y coordina el área de enfermedades neurológicas del Instituto Biomédico de A Coruña y el laboratorio de Neurociencia y Control Motor (NEUROcom). Ha recibido el Premio Nacional de Investigación Fundación APMIB 2001, el Premio Infanta Cristina (Imserso) 2004 en el apartado de I+D+i y el 2º Premio Federación Española de Parkinson 2009.

 

Los Libros de Francisco Javier Cudeiro Mazaira

Además de Paladear con el Cerebro, Cudeiro tiene un título más
– Fundamentos de Neurociencia y Neurorrehabilitación en Terapia Ocupasional

Lampuga

Lampuga Condesa

Para este fin de semana que te parece salir a pasear por la colonia Hipódromo Condesa.

En la esquina de Nuevo León y Baja California, se encuentra una sucursal del Café Bola de Oro, mi preferido. Café del estado de Veracruz, por supuesto. No obstante que cuentan con entrega a domicilio, yo prefiero pasar a comprarlo.

Suelo comprar el café Gourmet y a últimas fechas también el descafeinado, pero esta vez me topé con la novedad de que tenían a la venta la Mezcla Especial Ganadora del Premio Sabor, de la Expo Café del año pasado. Aún no lo pruebo, lo compré en grano para moler en casa. Esta mezcla no aparece en su página web,  (¿¿¿??? Esas cosas se cacareaaaaan) pero si quieren pueden asomarse a todo lo demás que venden en línea.

Pues bien, a mi me gusta caminar por la zona, y después de pasar por mi kilo de Mezcla Especial Ganadora, me dí una vuelta por la zona y acabé en uno de mis restaurantes predilectos…

 

Lampuga Condesa

Nuevo León 192-B esquina con Ometusco, Colonia Hipódromo Condesa, Cuauhtémoc, México D.F.

Horarios de Lunes a Viernes 07:00 am – 10:00 pm, Sábado 08:00 am -09:00 pm  y Domingo 10:00 am – 08:30 pm

Teléfono: (55) 5286 1525 / (55) 5286 6942

Página Web https://www.lampuga.mx/condesa/menu

Llevo muchos años comiendo en este restaurante (ohhhh sorpresa, parece que ya sirven desayunos¡¡¡¡, tengo que ir, y complementaré esta nota),

 

¿Que pedir?

Por supuesto, la estrella del lugar son los Mariscos.

Lo que sea que pidas de mariscos, son FRESQUISIMOS y muy bien preparados.

Las Tostadas de Atún son maravillosas. Una tostada untada con mayonesa de chipotle, sobre la cual acomodan láminas de Atún fresco crudo, coronadas con tiritas de poro frito. Una delicia. Tan ricas que muchas veces pido la orden de tres tostadas y una copa de vino blanco, y con eso soy feliz.

Siiii, se ven sencillonas, pero son una DELICIA.

Aunque también las pastas con marisco (cualquiera de ellas) son deliciosas, y muy bien sazonadas.

(con la pena, porque he ido muchas veces a este lugar, pero no he sacado fotos; buena excusa para regresr)

Fish & Chips, sencillo pero muy bien servido, los trozos de pescado rebozado, fresquísimo.

La pesca del día también muy recomendable.

En fin, lo que sea que pidan jamás los decepciona.

Sirven vino blanco por copa, cervezas comerciales y la artesanal Colimita (mi preferida¡¡¡¡) Refrescos y coctelería.

En cuanto a los postres…generalmente no llego.

 

¿Y donde se encuentra?

Para cuando salí de comer, tuve que sacar el paraguas. En estos días de verano es seguro que te llueve por las tardes en CDMX.

Al Norte de la Felicidad

Al Norte de la Felicidad

Autoras: Adi Alsaid
Editorial: Harper Collins México
Páginas: 287 páginas
Precio:
Gandhi $243,  Amazon $279, El Sótano $223.20 y  Porrua $279
ISBN: 978-607-97837-2-3

 

Sinopsis:

Carlos Portillo siempre ha llevado una vida privilegiada y protegida. Ciudadano dual de México y los Estados Unidos, vive en la Ciudad de México con su familia, donde asiste a una escuela internacional de élite. Siempre ha sido obediente a las normas y un orgullo para sus padres: Carlos está más que feliz de seguir la senda conocida. Siempre ha amado la comida y especialmente cocinar, pero sus padres ven esto como un hobby. Cuando su hermano mayor, Félix – que abandonó la universidad para vivir una vida de viajero – es trágicamente asesinado, Carlos comienza a escuchar la voz de su hermano, aconsejándolo y presionándolo para que se rebele contra el plan de su padre. Preocupado por su salud mental, pero sabiendo que la voz es correcta, Carlos huye a los Estados Unidos y logra asegurarse un trabajo con su chef famoso favorito. Mientras trabaja para mejorar sus habilidades en la cocina y perseguir su sueño, comienza a enamorarse de la hija de su jefe, un hecho que podría terminar su carrera antes de que comience. Finalmente, viviendo para sí mismo, Carlos debe decidir qué es lo más importante para él y dónde está realmente su verdadero camino.

 

¿Por qué en El lugar de Beatriz?

Porque en la portada decía “En busca del taco perfecto” y porque el libro fue elegido en 2015 como uno de los mejores libros del año

 

Mi opinión (Excelente, Muy bueno, Me gustó-pudo ser mejor, No vale la pena, Muy malo)

Bueno, en estos menesteres de buscar títulos que tengan que ver con comida, cocina, bebidas o especias…los libros elegidos no siempre salen muy buenos. Que digo buenos, las tramas a veces son superficiales o absurdas.

Lo comencé a leer con reserva, y ohhhhh sorpresa. Salió un buen libro. Muy bueno.

La historia arranca con la búsqueda del mejor taco del mundo y en el proceso sucede una tragedia. Carlos tratará a lo largo de todo el libro, de encontrar su camino (a que se quiere dedicar) y a sobrellevar la muerte de su hermano. Me gustó.

Nos muestra la pesada vida de las personas que se dedican a la cocina, desde el Gerente General hasta el Lavalozas. Una amiga Chef me dijo que todo tipo de emociones se mueven en una cocina…

Es una lectura muy fácil, ligera. Se me hace del tipo juvenil. Nos platica sobre los planes (que le cuesta mucho definir)  de un joven, hijo de familia de dinero, y sobre su pasado en compañía de su hermano, que en todo momento le recuerda que lo importante es dedicarse a lo que lo hace feliz, aunque deje el pulmón en el camino.

Por supuesto no puede falar una historia de amor

 

Algo para recordar

Capítulo 19

Cuando regreso a la cocina, el personal está reunido alrededor de la Chef. Ella está en el paso, esperando que todo el mundo llegue. Sue está a su lado, lista para tomar notas. Me deslizo entre Elías y Memo, fingiendo tranquilidad, como si no hubiera tenido un colapso afuera.

Una vez que estamos todos, tranquilos en general gracias a la calma matutina, la Chef adopta una actitud ligeramente militar. Estoy seguro de que cada vez que habla está a punto de despedirme, despreciarme, hacer un espectáculo de mis ineptitudes.

─ Muy bien, chicos, hoy va a estar de la mierda. Tenemos más reservaciones de las que hemos tenido en todo el verano ─, Toma una tabla de anotaciones ─. Habrá una mesa de diez y otra de doce que llegarán apenas abramos, así que van a patear nuestro trasero desde el principio.

Hay algunos lamentos por eso, pero algunas manos chocan cinco y hay hurras también. Elías se inclina hacia Memo y le susurra en español: ─ ¿Listo?

─ Siempre, papi ─contesta Memo, con una risita, en el mismo idioma.

La Chef mira sus notas, y hay una creciente excitación en el aire. Alguien atrás está afilando un cuchillo, y el sonido metálico reverbera a través de los murmullos de la multitud como un tambor de guerra. ─Van a necesitar energía si van a hacer un turno doble hoy, y eso aplica para cada uno de ustedes, ¿si?

Unas pocas risas y algunos “Si, Chef” más.

─ Así que memo, ─ ¿por qué no haces un friego de huevos revueltos para todos? Debemos tener algunas de esas salsas del especial de la semana pasada, así que fríe lo que queda de ellas. Roberto, Carlos, estos chicos van a usar muchas ollas, y ya saben cuántos malditos vasos usa la gente que viene a almorzar, así que necesitamos que se mantengan en la delantera. Ayúdenlos a mantener sus estaciones libres cuando puedan, y nosotros mantendremos llenos sus vasos de cerveza cuando todo termine.

Alguien palmea mi ghombro, y no puedo evitar ser atrapado por la excitación que recorre la cocina. Mi mente deja de divagar en preocupaciones sin nombre, se enfoca en el presente. La Chef revisa los especiales y luego nos despide diciendo: ─Diviértanse allá afuera ─y todo el mundo vuela para entrar en acción. Las hornillas se encienden, la campana comienza a rugir, los cuchillos golpean las tablas de cortar, como el sonido de un tambor de guerra. Qué mundo.

Y de pronto, todo lo demás se difumina, desaparece en la irrelevancia. Recojo algunas ollas del área de preparación, depositándolas en mi fregadero y luego sigo corriendo por más. Saco algunas bolsas de basura, y escucho el zumbido de la primera orden que sale de las impresoras de cada estación.

La voz de la Chef resuena por sobre el escándalo de la cocina: ¡Orden! Tres omelettes vegetarianas, tres bennys de puerco en tiras, cuatro bennys especiales…

Todos los cocineros responden con un “¡Sí, Chef!” bien coordinado. Hacen pequeños comentarios entre ellos, coordinan sus respectivos ingredientes así que todo llega al plato al mismo tiempo.

Arrojo la basura en el contenedor de afuera y regreso a la cocina antes incluso de que la puerta lateral alcance a cerrarse. Tal vez no esté sosteniendo un cuchillo, a lo mejor soy el que está más abajo en el escalafón, quizá siempre esté loco. Pero ahora soy parte de esta cocina. Pertenezco aquí. Ni siquiera me detengo a ver cómo cocinan las primeras órdenes. Tengo un trabajo que hacer.

Me enorgullezco de cada plato sucio que me llega, como si fuera una cebolla que la Chef me ha pedido que corte. Esto es lo que más he hecho desde que llegué a la isla, probablemente más que dormir, más que cocinar, y me siento bien ahora. Esas luchas me llevarán a alguna parte.

Despacho una charola de tazas de café y copas de champán manchadas de lápiz labial, con los restos pulposos de las naranjas frescas que se usan en las mimosas. Roberto y yo nos comunicamos con dos o tres palabras, siempre en español: ─¿Sartenes primero?

─ Sí.

─ Ve a ver ─ dice Roberto, nuestra forma abreviada de ir a ver si alguien necesita ayuda.

Recorro las estaciones con la mirada, tratando de detectar cualquier cosa que necesite atención. Un plato que ha sido dejado a un lado y puede estorbarle a un cocinero, una taza de café que alguien estaba bebiendo y no tuvo tiempo de traer a la estación de lavado.

Si dos cocineros están hablando, no interrumpo, porque sé que, a lo mejor, están tratando de coordinar sus respectivos deberes. Si entro en una estación para retirar un trapo de cocina o sacar su basura, me anuncio en cochinés. ─Voy atrás ─digo. ─ ¡Vengo, está caliente! ─si estoy dando vuelta a una esquina trayendo una olla. Olvídate del inglés, olvídate del español, éste es el lenguaje al que nací para hablar.

La Chef llama “la danza” a toda la actividad que tiene lugar durante el servicio. Y ahora que estoy más cerca de ella de lo que nunca lo estuve, sé exactamente por qué hay una vitalidad en la cocina, un movimiento constante que se siente primitivo y sin embargo mesurado, como un vals frenético. Si tengo tiempo suficiente para estudiar a cualquier persona, así es exactamente como se ve. Vee, por ejemplo: cómo prueba el cocimiento de un pedazo de carne en la parrilla presionándolo, voltea los filetes que lo necesitan, da medio paso a la derechapara checar algo que está hirviendo, y gira hacia atrás para volver a checar su orden, medio giro de vuelta a la parrilla. Podría coordinar sus movimientos con música.

 

Del Autor – Adi Alsaid

 

Adi Alsaid es un autor de ficción para jóvenes adultos, nacida en México (30 junio 1987) , más conocida por » Let’s Get Lost» (una de las diez mejores nominadas a los adolescentes de YALSA en 2015) y » Ever Always» (nominada como un Kirkus Reviews Best Books of 2015) .

Nacido y criado en la Ciudad de México, de padres israelíes, Alsaid asistió a la Universidad de Nevada, Las Vegas, donde estudió marketing. Después de graduarse, pasó un tiempo en Monterey, California, antes de regresar a CDMX donde aún vive. Trabaja a tiempo parcial como entrenador de baloncesto.

 

 

Los Libros de Adi Alsaid

  • Let’s Get Lost (29 de julio de 2014, Harlequin Teen )
  • Nunca siempre a veces (4 de agosto de 2015, Harlequin Teen)
  • Al Norte de la Felicidad (25 de abril de 2017, Harlequin Teen) [6]
  • Breve crónica de otra estúpida angustia (abril de 2019)

El Murmullo de las Abejas

El Murmullo de las Abejas

Autora: Sofía Segovia
Editorial: Laumen
Páginas: 481 páginas, 100 capítulos
Precio: $ 260 en Gandhi, $ 269 en Amazon

 

Sinopsis:

El murmullo de las abejas, el descubrimiento literario del año La autora que despierta la historia de México y recupera su lugar en nuestros corazones.

En Linares, al norte del país, con la Revolución mexicana como telón de fondo. Un buen día, la vieja nana de la familia abandona sorpresivamente un reposo que parecía eterno para perderse en el monte. Cuando la encuentran, sostiene dos pequeños bultos, uno en cada brazo: de un lado un bebé misterioso y del otro un panal de abejas.

Ante la insistencia de la nana por conversar y cuidar al pequeño, la familia Morales decide adoptarlo. Cubierto por el manto vivo de abejas que lo acompañarán y guiarán para siempre, Simonopio llega a cambiar la historia de la familia que lo acoge y la de toda una región. Para lograrlo, deberá enfrentar sus miedos, el enemigo que los acecha y las grandes amenazas de la guerra: la influenza española y los enfrentamientos éntrelos que desean la tierra ajena y los que protegerán su propiedad a toda costa.

El murmullo de las abejas huele a lavanda, a ropa hervida con jabón blanco, a naranjas y miel: una historia impredecible de amor y de entrega por una familia, por la vida, por la tierra y por un hermano al que se ha esperado siempre, pero también, la de una traición que puede acabarlo todo.

 

¿Por qué en El lugar de Beatriz?

El Murmullo de las abejas es una novela de tipo histórico (porque narra episodios de como vivio esta familia, el pueblo de Linares Nuevo León, la etapa post-revolucionaria) que maneja el género de realismo mágico 🤔 con muy pocas escenas gastronómicas, por cierto. La miel esta presente siempre, y en algunas ocasiones la autora hace mención de las usanzas de la región.

Por supuesto me acordé de mi abuela Chenda y su dulce de jamoncillo, cuando la veía (en Culiacán Sinaloa, hace muuuucho tiempo) dándole vueltas y vueltas a la olla con leche y azúcar (en el libro, con  piloncillo).

¡Más que suficiente para que tenga un lugar en este blog!

 

Mi opinión (Excelente, Muy bueno, Me gustó-pudo ser mejor, No vale la pena, Muy malo)

Muy bueno.

Como la mayoría de los libros de los que he opinado a últimas fechas, éste tiene ya varios años que lo compré (recién publicado). Imperdonable que hasta ahora lo venga a leer porque resultó hermoso.

Este tiene todo lo que se requiere: una buena trama, entrañables personajes, es divertido (me tenía carcajeándome a media noche), ambientado en el México post revolucionario, nos ilustra histórica y socialmente sobre este periodo de la historia de México.

Narra la historia de la Familia Morales en Linares Nuevo León, como enfrentan ellos y sus paisanos esta época en los estados del norte: la Reforma Agraria, la repartición de tierras, hasta la gripa española.

La familia Morales está integrada por Francisco, Beatriz, sus hijos Consuelo, Carmen y Francisco Chico, la nana reja, Simonopio.

Anselmo Espiricueta es el malo de la novela y por supuesto tenemos muchos más personajes.

El libro es narrado por Francisco hijo y por un narrador omnipresente, que tiene la habilidad de ponerte los pelos de punta cuando narra el espíritu obscuro del personaje antagónico.

 

¿quién debería de leer Chocolate?

A quienes les gustan las historias familiares, el realismo mágico, la historia de México.

Es excelente paraquienes les cuesta engancharse, la autora tiene la virtud de atrapar con su narración, se lee con facilidad sus 500 páginas – 100 capítulos.

Algo para recordar

Ecos de miel

Nací entre ese montón de ladrillos de sillar, enjarres y pintura hace mucho tiempo, no importa cuánto. Lo que sí importa es que mi primer contacto fuera del vientre de mi mamá fue con las sábanas limpias de su cama, porque tuve la fortuna de nacer un martes por la noche y no un lunes, y desde tiempo inmemorial las mujeres de su familia habían cambiado las sábanas los martes, como hace la gente decente. Ese martes las sábanas olían a lavanda y sol. ¿Qué si lo recuerdo? No, pero lo imagino. En todos los años que conviví con mi mamá nunca supe que variara su rutina, sus costumbres, el modo de hacer las cosas como Dios mandaba: los martes se cambiaban las sábanas de lino lavadas un día antes con lejía, se rociaban con agua de lavanda, luego se ponían a secar al sol y finalmente se planchaban.

Todos los martes de su vida, con una sola y dolorosa excepción que todavía estaba por venir.

Habrá sido el día de mi nacimiento, pero el mío fue un martes como cualquier otro, así que sé a qué olían esas sábanas aquella noche y sé como se sentían al contacto con la piel.

Aunque no lo recuerdo, el día en que nací la casa ya olía a lo que olería siempre. Sus ladrillos porosos habían absorbido como esponja los buenos aromas de tres generaciones de hombres trabajadores y mujeres quisquillosas para la limpieza con sus aceites y jabones; se habían impregnado de las recetas familiares y de la ropa hirviendo con jabón blanco. Siempre flotaban en el aire los perfumes de los dulces de leche y nuez aque hacia mi abuela, los de sus conservas y mermeladas, los del tomillo y el epazote que crecían en macetas en el jardín, y más recientemente los de naranjas, azahares y miel.

Como parte de su esencia, la casa también conservaba las risas y los juegos infantiles, los regaños y los portazos del presente y del pasado. El mismo mosaico de barro suelto que pisaron descalzos mi abuelo y sus veintidós hermanos, y luego mi papá en su infancia, lo pisé yo en la mía. Era un mosaico delator de travesuras nocturnas, pues con su inevitable clunc alertaba a la madre del momento del plan que fraguábamos sus vástagos. Las vigas de la casa crujían sin razón aparente, las puertas rechinaban, los postigos golpeaban rítmicamente contra la pared aun sin viento. Afuera, las abejas zumbaban y las chicharras nos rodeaban con su incesante canción de locura cada tarde del verano, justo antes del anochecer, mientras yo vivía mis últimas aventuras de la jornada. Al bajar el sol empezaba una y la seguían las demás, hasta que todas decidían callarse de tajo, asustadas por la inminente oscuridad, sospecho.

Era una casa viva la que me vio nacer. Si a veces despedía perfume de azahares de invierno o se oían algunas risillas sin dueño en medio de la noche, nadie se espantaba: era parte de su personalidad, de su esencia. En esta casa no hay fantasmas, me decía mi papá: lo que oyes son los ecos que ha guardado para que recordemos a cuantos han pasado por aquí. Yo lo entendía. Me imaginaba a los veintidós hermanos de mi abuelo y el ruido que deben de haber creado, y me parecía lógico que todavía, años después, se oyeran evocaciones de sus risas reverberando en algunos rincones.
Y así como supongo que mis años en esa casa le dejaron algunos ecos míos, pues no en balde me decía mi mamá ya cállate niño, pareces chicharra, la casa dejó en mi sus propios ecos. Aún los llevo en mí. Estoy seguro de que en mis células llevo a mi mamá y a mi papá, pero también porto la lavanda, los azahares, las sábanas maternas, los pasos calculados de mi abuela, las nueces tostadas, el clunc del mosaico traidor, el azúcar a punto de caramelo, la leche quemada, las locas chicharras, los olores a madera antigua y los pisos de barro encerado. También estoy hecho de naranjas verdes, dulces o podridas; de miel de azahar y jalea real. Estoy hecho de cuanto en esa época tocó mis sentidos y la parte de mi cerebro donde guardo mis recuerdos.

Si hoy pudiera llegar solo hasta allá para ver la casa y sentirla de nuevo, lo haría.

Pero soy viejo. Los hijos que me quedan ─y ahora hasta mis nietos─ toman las decisiones por mi. Hace años que no me dejan manejar un auto ni llenar un cheque. Me hablan como si no los oyera o no los entendiera. La verdad, aquí lo confieso, es que oigo, pero no escucho. Será que no quiero.

Es cierto ─admito─ que mis ojos no funcionan tan bien como antes, que mis manos me tiemblan, que mis piernas se cansan y que la paciencia se me agota cuando me visitan nietos y bisnietos, pero aunque estoy viejo no soy incompetente. Conozco el día en que vivo y el desorbitante precio de las cosas: no me gusta, mas no lo ignoro.

Sé a la perfección cuánto me costará este viaje.

Tampoco por viejo hablo solo ni veo cosas que no están. Aún no. Distingo entre un recuerdo y la realidad, si bien cada vez me encuentro más atraído por los recuerdos que por la realidad. Repaso en la privacidad de mi mente quién dijo qué, quién se casó con quién, qué sucedió antes y qué después.

Revivo la dulce sensación de estar escondido entre las ramas altas de un nogal, estirar la mano, arrancar una nuez y partirla con el mejor cascanueces que he tenido: mis propios dientes. Oigo, huelo y siento cosas que son tan parte de mi hoy como ayer, y que brotan desde dentro. Alguien puede partir una naranja a mi lado, y al llegarme el aroma la mente me transporta a la cocina de mi mamá o a la huerta de mi papá. Los botes comerciales de leche quemada me recuerdan las manos incansables de mi abuela, que pasaba horas meneando la leche con azúcar sobre el fuego para que se quemara sin tatemarse.

El sonido de las chicharras y las abejas, que ahora se oye poco en la ciudad, me obliga a viajar a mi niñez, aunque ya no pueda correr. Todavía busco con el olfato algún indicio de lavanda y lo capto aun cuando sé que no es real. Al cerrar los ojos por la noche oigo el clunc del mosaico, las vigas de madera que truenan y los postigos que golpean, pese a que en mi casa de ciudad ya no tenga mosaicos sueltos ni vigas ni postigos. Me siento en mi casa, la que dejé en la infancia. La que dejé demasiado pronto. Me siento acompañado, y me gusta.

 

Sofía Segovia

Página Web de la autora.

Estudió Comunicación en la Universidad de Monterrey. Fue asesora de imagen y comunicación en campañas políticas de Nuevo León y ghostwriter de discurso político o social.

Prefiere la ficción a la realidad. Ha escrito tres guiones de comedia para el teatro local amateur. Desde el 2013 imparte talleres de creación literaria en

Fábrica Literaria y Literálika.

Su primera novela, NOCHE DE HURACÁN (2010), fue editada por CONARTE. EL MURMULLO DE LAS ABEJAS (LUMEN 2015) se encuentra en todos los países de habla hispana. Por ésta, fue aclamada como el descubrimiento literario del año y estuvo en las listas de las novelas más vendidas del mundo hispano y en varias listas de las novelas favoritas en España. EL MURMULLO DE LAS ABEJAS fue nombrada novela del año por iTunes.

A fines del 2018 será publicada en inglés. HURACÁN, el remake de NOCHE DE HURACÁN, salió al público hispano en agosto del 2016.

El periódico EL Norte y la UDEM nombraron a Sofía en su lista anual de historias de éxito del 2015. El mismo año, la revista QUIÉN la nombró entre las 31 mujeres más influyentes de México. Ha sido oradora en diversos eventos y es miembro fundador de Tres y Contando, historias sin fronteras. Su nueva novela, PEREGRINOS, se publicará en LUMEN en abril del 2018.

Vive en Monterrey, México con su esposo, tres hijos y tres mascotas. Y lo confiesa: sin su barullo, no podría concentrarse para escribir.

Aquí les dejo una entrevista que le hizo Rainbook, canal literario a Sofía Segovia, donde habla de muchas anécdotas de cuando escribió el libro.

México Gastronomía

México Gastronomía

México Gastronomía

Autor: Margarita Carrillo Arronte
Editorial: Phaidon
Lugar y Año de la publicación: México 2017
Páginas: 704
Precio: $ 999 en Gandhi,  $856.85 + $486.42 = $1,343.27 de envío en Amazon,   $ 1,038.75 en El Sótano y $ 1,108 en Péndulo

ISBN: 978-0-7148-7042-7

 

Sinopsis:

La biblia de la comida casera mexicana. México gastronomía es la biblia definitiva de la cocina casera mexicana. Con más de 600 auténticas recetas fáciles de seguir en nuestras casas. Desde sabrosos tacos a enchiladas de queso o dulces tamales, estas recetas son una celebración de los ingredientes frescos de un país cuya cocina es reverenciada a lo largo del mundo. Ordenado por tipo de comida y estilo (comida en la calle, aperitivos y ensaladas, sopas, pescados y mariscos, carnes, verduras, arroces y frijoles, acompañamientos, pan y pastas, postres y bebidas), México gastronomía también incluye una gran introducción a la historia culinaria mexicana, sus ingredientes y sus técnicas. La sección de menús de chefs incluye recetas de los principales chefs mexicanos activos.

 

¿Por qué en El lugar de Beatriz?

De mis más recientes adquisiciones (a grado tal que apenas lo estoy conociendo, hojeando) este libro es una joyita. Por supuesto debe de estar en el librero de todo mexicano…y en el librero de los que no lo son, pero aman la Cocina Mexicana.
Es caro, pero lo vale.

 

Mi opinión:

En mi librero tengo varios libros que pesan lo que México Gastronomía (es enorme, más que un ladrillo) y resulta que cuando los revisas, aterrizas pocas recetas. Este no, tiene mucho material que puede ser llevado a la mesa. Iba a decir “que fácilmente puede ser llevado a la mesa”. Bueno, no tanto. Las recetas llevan su proceso, pero tan tan tan bien explicadas, que es posible reproducirlas. Cuanto más si se trata de recetas caseras.

El libro es hermoso, apetecible, con una buena introducción sobre la cocina mexicana y con recetas de toda la república. Muy bien identificadas a que zona pertenecen.

Al final, además del glosario y del índice, agrega una relación de tiendas donde puedes conseguir los ingredientes de la cocina mexicana en varias partes del mundo.

Y por si fuera poco maneja la versión en Español e Ingles (Amazon)

Más adelante seguramente haré referencia a este bello libro, dejé banderitas de colores por todas partes.

 

De la Autora, Margarita Carrillo Arronte:

Seguramente se acordarán de ella, participa en el programa El Gourmet, promoviendo diferentes estados de la República Mexicana (recuerdo Puebla y Oaxaca).

Es una de las chefs más respetadas de México; autora de libros, presentadora de televisión y embajadora mundial de la cocina mexicana. Nacida y criada en México, ha dedicado más de 35 años a investigar, estudiar, enseñar y cocinar comida tradicional mexicana.

Carrillo-Arronte se formó en el Culinary Institute of America, Cultura Culinaria/UNAM y fue propietaria del restaurante Don Emiliano en Los Cabos, Baja California; Turtux en la Ciudad de México y La Colina en Tokio, Japón. Ella es conocida como uno de los chefs más respetados en México.

Miembro de Slow Food International desde 1996, ha participado 4 veces en el Salone del Gusto en Turín, Italia.

Desde 2010, es miembro del Conservatorio de Cultura Gastronómica de México. Ganadora del Premio al Logro de la Vida por la Sociedad Americana de Ciencias de la Hospitalidad “San Pascual Bailon” (2013). Miembro de la Academia Culinaria de Francia.

 

Autor Otras Obras:

México: The Cookbook
Tamales y Atoles Mexicanos